Fabián Roncero, en 'territorio Gebreselassie'

Fabián Roncero, el hombre que, se puede decir, nació corriendo, no apreció mucho la decisión del Mundial de suprimir la semifinal de 10.000 metros. 'Me habría gustado que hubiera eliminatoria, porque eso habría endurecido la final, y me habría ido mejor'. Quitando eso, nada parece perturbar el sueño, el optimismo y las ambiciones del fondista español con mejores marcas de 10.000 en adelante. Tiene como récords de España unos más que respetables 27.14.44m en 10.000, 59.52m, uno de los pocos del mundo por debajo de la hora, en el medio maratón, y 2.07.23h en el maratón completo. Y curiosamente, competirá por primera vez en los 10.000 metros en una gran competición mundial.

La decisión de renunciar al maratón, una competición en la que fue sexto en el Mundial de Atenas 97, cuando el doblete Antón-Fiz, la tomó a principios de temporada, y no parece una cuestión transitoria. El madrileño, nacido para el atletismo de las carreras populares de su barrio, Canillejas, ya tiene su programa para los próximos meses: un maratón, económicamente atractivo, en octubre y todo 2002 dedicado al 10.000 en pista, con un claro objetivo: el oro en los campeonatos de Europa. Una tarea imposible en un Mundial.

Entre otras cosas, en un Mundial corre Haile Gebrselassie, el dios del fondo la última década. El etíope de los pies delicados, el incansable atleta que termina las carreras sangrando, sus increíbles pies machacados por la dureza de unas pistas pensadas sólo para que los sprinters vayan más rápidos, se operó de un problema del tendón de Aquiles (similar al que afecta al obstaculista Berlanas) justo después de ganar en Sydney su segundo oro olímpico. No ha corrido ninguna prueba en pista desde entonces, pero está en Edmonton, dispuesto a conquistar su quinto Mundial consecutivo. Una vez que su gran rival, el keniano Paul Tergat, el hombre que le forzó a un sprint extremo para ganar en Sydney, se ha pasado al maratón, no parece que nadie puede discutirle esa posibilidad al recordman mundial de los 5.000 y los 10.000. Sólo la nueva generación keniana, liderada por un Charles Kamathi, un policía de Nairobi, capaz de correr los 10.000 en 27.41 a 2.000 metros de altitud, puede forzarle. O el belga de origen marroquí Mohammed Murhit, otro de los pocos que ha sido capaz de bajar de los 27 minutos.

Roncero no será el único español, uno de los pocos europeos en territorio hostil. Le acompañarán José Ríos, que ya ha podido dejar la carnicería bien atendida y tiene tiempo para hacer vida de atleta profesional. El atleta de Premià estaba, además, más optimista, los últimos días. Por fin le ha desaparecido el dolor en el primer metatarsiano del dedo gordo del pie derecho y podía por fin salir a correr sin problemas. El tercer hombre será el madrileño Chema Martínez.