Fuego a la vista

El fuego arrasa cada verano en Europa 600.000 hectáreas de bosques y montes bajos. Una cuarta parte de estas tierras quemadas corresponden a España. El año pasado quedaron devastadas 146.800 hectáreas, y en lo que va de año 55.178. La mayor parte de los esfuerzos para combatir este desastre natural en los cinco países comunitarios más afectados (Italia, Francia, Portugal, Grecia y España) se dedica a medios técnicos para extinguir las llamas. Otra manera de abordarlos es la prevención o la anticipación de los riesgos. Un programa piloto financiado por la Unión Europea y coordinado por el ingeniero español Jesús San Miguel Ayanz ofrece desde Ispra, localidad del norte de Italia, a las Administraciones forestales de los cinco países un mapa con la previsión diaria del riesgo de incendios.

Actualmente, cada país dispone de sus propios medios técnicos para predecir riesgo de incendios por zonas o comarcas. Por tanto, a la hora de evaluar daños o facilitar ayuda en caso necesario, la Comisión Europea tiene que lidiar con un maremagno de modelos de predicción difíciles de armonizar.

Para simplificar el acceso a esta información, la Dirección General de Medio Ambiente ha destinado 1.835 millones de pesetas al desarrollo de un programa que le facilite el acceso a datos globales y proporcione a los cinco países del sur un modelo de predicción de riesgos con una previsión de tres días.

El programa-piloto ha iniciado este verano su segundo año de transmisión de datos a las Administraciones forestales. Desde el Joint Research Center europeo, donde trabajan más de 2.200 investigadores, San Miguel y su equipo envían cada mañana un correo electrónico con un mapa donde se señalan, en cuadrículas que representan 10 kilómetros de magnitud, las zonas de riesgo de incendios y sus índices de gravedad reflejados en colores, para que Protección Civil,guardas forestales y bomberos estén alerta. La información está disponible en internet (http://natural-hazars.aris.sai.jrc.it/fires).

Utilizan la tecnología espacial disponible para medir el grado de humedad de la vegetación, su vulnerabilidad al fuego, su combustibilidad en función de las variedades vegetales y la condición de la hierba, que es la primera que arde.

Estos datos, combinados con los servicios de Meteo France (el instituto meteorológico de Francia), permiten a los investigadores de Ispra elaborar diariamente el mapa con el índice de riesgos de los países mediterráneos.

Simultáneamente, escanean la superficie quemada para evaluar los daños. 'El año pasado detectamos con nitidez la zona quemada del Cabo de Creus en Girona', recuerda San Miguel, que celebra dos reuniones anuales con los responsables nacionales de gestionar los incendios; una en junio, antes del inicio de la temporada, y otra en septiembre, para hacer balance al contrastar los mapas de satélites sobre superficies quemadas con una resolución inferior a los 200 metros.

Éste es el segundo año que facilita información el equipo de Ispra. El 2002 será el último dentro de la fase de ajuste de datos. A partir del 2003 el programa se entregará a la Comisión Europea, que cederá su explotación a una entidad privada. Hasta entonces los países miembros de la UE negociarán si se facilita al público la información y ajustarán algunos de los puntos flacos que se observan desde países con una variabilidad atmosférica singular, como es el caso de España.