Amedrentamiento
Al pasar junto al Ministerio de Sanidad, observé alarmada, hace unos días, seis grandes lecheras de la policía allí aparcadas. Le pregunté a un agente si se trataba de un atentado, o una gran manifestación. Él me señaló a unas pocas pacíficas personas, la mayoría de la tercera edad, que, cerca de la fachada, llevaban unas pancartas reivindicando algo tan poco subversivo como un hospital para Parla.
Al mostrarle mi asombro ante lo desproporcionado del despliegue policial, constreñido -sin duda- por su uniforme, me contestó sólo con una leve sonrisa de asentimiento.
Recordando y repitiendo los modales que ya exhibía el señor Ansuátegui como delegado sindical en Navarra durante el franquismo, es indignante esa exhibición de fuerza, ese amedrantamiento de los ciudadanos por parte del Delegado del Gobierno en Madrid, ya conocido como el señor de la porra, por el modo que tiene de tratar las reivindicaciones de cualquier tipo.
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