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CULTURA Y ESPECTÁCULOS

El Festival de Cadaqués rememora sus 30 años con un guiño al pasado

Vive entregado a su carrera con la tenacidad del corredor de fondo que ha visto quedarse en la cuneta a muchas estrellas prefabricadas, incapaces de mantenerse en el competitivo mundo de la música clásica tras un arranque espectacular. Para el pianista Josep María Colom (Barcelona, 1954), uno de los intérpretes españoles con mayor presencia internacional, cada actuación es un reto en el que lo más importante es compartir con el público la magia que encierran las partituras que interpreta. Esta noche inaugura la 30ª edición del Festival de Cadaqués (Girona) ofreciendo un recital en la iglesia de la población con obras de Mompou, Falla y Franz.

Colom regresa a Cadaqués para abrir una programación que hasta el próximo 23 de agosto brinda a los melómanos otros dos recitales, a cargo de la soprano vasca Ainhoa Arteta y el violinista alemán Frank Peter Zimmermann, y un concierto de la Orquesta de Cadaqués, dirigida por el británico Neville Marriner, con el flautista español Jaime Martin como solista. La cita orquestal rendirá homenaje al legendario flautista francés Jean-Pierre Rampal (1922-2000), que el 8 de agosto de 1970 inauguró con un recital la primera edición del Festival de Cadaqués.

'Han pasado más de 30 años y guardo un recuerdo borroso de aquel primer recital en el Festival de Cadaqués junto al violinista Gonçal Comellas. Muchos años después volví junto al violonchelista Lluís Claret y hoy afronto allí mi primer recital en solitario en Cadaqués', comenta Colom.

Como pianista solista y apasionado intérprete de cámara, Colom ha conseguido librarse de la etiqueta de especialista en música española, una pesada carga que deben soportar los intérpretes españoles cuando actúan en el extranjero. 'Los pianistas extranjeros se atreven poco con la música española, por eso los auditorios siempre nos piden que toquemos obras de compositores españoles, sobre todo si se trata de una primera actuación. A finales de agosto debutaré en Oslo y, naturalmente, me han pedido música española. Pero al día siguiente tocaré un concierto de Mozart. Lo importante es no limitar el repertorio y demostrar que puedes tocar igual de bien otros autores'.

Colom confía en la nueva generación de pianistas españoles y espera que logren hacerse un hueco en el circuito internacional. 'La competencia es muy dura y uno llega a la conclusión de que hay más pianistas dispuestos a tocar que público dispuesto a escucharlos. Lo importante es la constancia y no buscar el éxito fácil, aunque lo tienen mejor los que saben vender su imagen. La música es un arte, pero también un mercado, y como tal, impone sus leyes'.

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