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CARTAS AL DIRECTOR
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Un público 'incómodo'

El pasado 26 de julio, un grupo de 25 discapacitados psíquicos, acompañados por 14 voluntarios, fueron a Santillana del Mar con la intención de pasear por ese maravilloso pueblo y tomar un chocolate con churros en un conocido lugar. Se trata de la cafetería Los Villa, perteneciente al hotel Los Infantes. Una vez reconocido el sitio por la coordinadora del grupo y comprobado que había plazas suficientes, decidieron entrar y situarse en mesas para merendar. La empleada que se acercó para interesarse avisó de que antes de que lo hicieran tenía que hablar con la encargada, cosa que sorprendió a los voluntarios, pero que admitieron sin ningún problema. Después de mantener una incómoda conversación, el colectivo tuvo que irse porque se les dijo que eran demasiados y que iban a ocupar mucho sitio.

El argumento no tiene desperdicio. Todo el grupo iba a merendar como cualquier cliente. Con respecto al sitio, ¿es que cualquier persona discapacitada o no no ocupa el mismo sitio?... Más tarde alegaron también que si hubieran avisado de que iban a ir se les hubiera ubicado de forma que estuvieran más cómodos. ¿Qué quiere decir 'avisar'?, ¿es que se avisa a un bar o una cafetería cuando vas a merendar? Las excusas eran cada vez más patéticas. El resultado fue que se tuvieron que ir y los chicos que estaban ilusionadísimos con su chocolate con churros no pudieron tomarlo.

Llevamos nueve años dedicándonos al ocio y tiempo libre de los discapacitados psíquicos. Nuestros chicos han viajado por toda España y jamás nos hemos encontrado en una situación parecida, todo lo contrario, la gente se vuelca con nosotros cada vez que acudimos a un sitio público y siempre hemos recibido agradecimiento por la educación y comportamiento de nuestros chicos.

La actuación de los responsables del lugar es inexplicable y vergonzosa. El hecho objetivo es que en la cafetería había sitio sobrado para dar cabida a nuestros chicos y voluntarios, pero evidentemente tratándose de un lugar al que acude gente de 'nivel social medio-alto', era poco estético un público tan incómodo, y además, según la frase de uno de los empleados, 'un grupo tan grande iba a ocupar demasiado y esperaban mucha afluencia de gente, por lo que no se podían quedar'. Lamentable.

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