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El Valencia se da una fiesta en Mestalla

Benítez prueba a casi todos sus hombres en la presentación del equipo ante el Groningen

El Valencia se trajo una bicoca de rival para celebrar su presentación a lo grande. Y se dio una fiesta. Benítez plantó un equipo especialmente rocoso en el primer tiempo -ha de serlo obligatoriamente cuando une en el centro del campo a Albelda y a De los Santos-, mientras que en el segundo tiempo le concedió más placer a la gente con la presencia de Aimar.

Con el uruguayo De los Santos, el Valencia ha fichado a un medio centro de una pieza: impone, roba y juega con facilidad. Otra cosa es que se solape en ocasiones con Albelda, pues están cortados por parecido patrón. Albelda, por cierto, que cuenta con el apoyo incondicional de Benítez.

La creatividad valencianista quedó en manos sobre todo de Vicente, camino de ser el mejor interior izquierdo de España, si no lo es ya. Al sublime regate le ha agregado una potencia considerable, además de un golpeo de rosca a la pelota que lo puede convertir en un especialista en el lanzamiento de faltas. Ayer, de hecho, marcó ya su primer gol de falta en Mestalla: se supone que el primero de una larga lista.

Otro que levanta grandes esperanzas entre la hinchada valencianista es Ilie, por fin en un buen estado físico después de tanto tiempo. Marcó un gol digno de su talento: el control perfecto al pase largo de Carboni y el disparo seco y rápido. Con Ilie, sin embargo, hay que esperar a que empiece el baile de la Liga para calibrar la autenticidad de su resurgimiento.Curro Torres aprobó en un debú como sustituto del lesionado Angloma en el lateral derecho, mientras que a Mista le faltó chispa para acompañar la vivacidad de Ilie. Mista, en cualquier caso, dejó dicho que se trata de un delantero a tener en cuenta. Pese a su juventud, conoce el oficio y Benítez sabe cómo sacarle partido.

Con el carrusel de cambios tras el descanso, dos titulares de la selección argentina (Kily y Aimar) entraron en escena, conscientes de que parten en el furgón de los reservas en el Valencia. Pero Aimar se sublevó de inmediato: recordó que su fútbol es pura fantasía, que disfruta y hace disfrutar a quien lo contempla. Que es un lujo, vamos.

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