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El Consell niega a la Universidad un requisito que exige a los funcionarios

El propio Zaplana anunció que se pediría el valenciano a los docentes

La postura reiterada ayer por Ripoll choca de lleno con el contenido mismo del Pacte pel Valencià firmado el mes pasado por el propio PP y el PSPV -que dio vía libre a la constitución de la Acadèmia Valenciana de la Llengua- y que llega incluso a establecer como obligatorio el conocimiento de las dos lenguas oficiales en la Comunidad Valenciana como requisito previo a la obtención de una plaza en la Administración. En concreto, entre las medidas para garantizar el progreso social del valenciano, el Pacte menciona 'la exigencia del requisito lingüístico para acceder a la docencia en centros públicos, no como mérito sino como condición necesaria, dentro del marco constitucional, previa a cualquier participación en un proceso de selección'.

Además la postura del Consell entra en abierta contradicción con la normativa de la Consejería de Educación que exigirá el conocimiento del valenciano a todos los docentes que se presenten a las oposiciones convocadas para marzo de 2002. Y con las manifestaciones del propio presidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana, quien anunció que se exigiría el valenciano a los docentes. El polémico artículo de los estatutos de la Universidad de Valencia establece que quien obtenga una plaza de docente en la institución académica 'se tendrá que someter, si procede, a las evaluaciones del conocimiento de las lenguas que son oficiales a la Universidad de Valencia'.

Sin embargo, para Ripoll, eso 'no tiene nada que ver' con el Pacte pel Valencià ni con la Acadèmia Valenciana de la Llengua. El vicepresidente aseguró que el Consell 'es contrario' al citado artículo y anunció que todas las decisiones judiciales al respecto favorables a la Universidad 'serán recurridas en todas las instancias'. 'No estamos poniéndonos enfrente de la Universidad sino manifestando una convicción', dijo Ripoll, quien añadió que para el Consell 'la Universidad tiene que ser abierta, tolerante e integradora' con la participación de profesores no sólo de la Comunidad sino del resto de España y del extranjero. 'Ese procedimiento que se ha dado en otras comunidades ha dado muy malos resultados porque ha producido universidades cerradas, rígidas donde determinados docentes que podían enriquecer el acervo intelectual y cultural de los alumnos no han querido ir'.

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