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Reportaje:

La 'batalla' de la Plaza del Castillo

Un aparcamiento causa los mayores disturbios callejeros de los últimos años en Pamplona

¿Kale borroka organizada o legítima ira popular? La disyuntiva no plantea dudas a la alcaldesa de Pamplona, Yolanda Barcina (UPN), que tras vivir durante una semana los más duros disturbios callejeros de los últimos años, ha dicho que el proyecto de peatonalización y construcción de un aparcamiento subterráneo en la Plaza del Castillo es una decisión democrática de las instituciones que no tiene marcha atrás.

La acusación de que la izquierda abertzale ha monopolizado la protesta vecinal, principal argumento de las instituciones promotoras del proyecto, provoca las iras de la coordinadora ciudadana que, desde principios de año, ha trabajado para conseguir un referéndum que refleje la opinión de los pamploneses respecto a un controvertido proyecto que alterará la fisonomía de la sala de estar de Pamplona.

Se trata de la construcción de un parking subterráneo para 802 vehículos, el 50% de cuyas plazas se venderá a 2,8 millones de pesetas, y que lleva aparejada la peatonalización de la superficie, con un modelo estético distinto al actual. En principio, una actuación que no parece justificar unas protestas que han generado heridos graves, decenas de detenciones y millones de pesetas en destrozos.

'No se trata tanto del proyecto en sí como de los métodos autoritarios y dudosamente legales que este Ayuntamiento viene utilizando para imponer cualquiera de sus ideas por encima del diálogo', señala uno de los portavoces de las protestas. 'Nosotros apelamos al reglamento de participación ciudadana del propio Ayuntamiento. Reunimos pacíficamente más de 25.000 firmas, superamos el requisito del 10% del censo de la ciudad y le dijimos al Consistorio que si tan seguro estaba de que los ciudadanos respaldan su proyecto, convocara la consulta. ¿Por qué no la convoca? ¿a qué tiene miedo?', añade el portavoz de los vecinos.

La respuesta municipal a esa petición ha sido que la consulta 'no es el mecanismo de participación más acertado', en palabras de la alcaldesa, 'porque no se ha hecho en ninguna otra ciudad europea' y, porque 'los expertos prefieren procesos de recogida de sugerencias, como hemos hecho nosotros desde hace un año', añade Barcina. Meses atrás, la negativa se basó en que la consulta sería muy cara y no estaba justificada para un aparcamiento si no se había usado anteriormente con proyectos más trascendentes. A UPN le apoyan en esa tesis el PSN-PSOE y CDN, que suman 17 de los 17 ediles del consistorio de Pamplona.

Los vecinos responden. 'Exigimos participar en las decisiones más relevantes de la vida municipal. No es que no queramos el aparcamiento, sino que el Ayuntamiento consulte a los vecinos cuando éstos se lo piden', señala Julia Itoiz. 'La democracia no consiste en votar como borregos cada cuatro años y después decir amén a todo lo que hace o deshace un Ayuntamiento. Eso es una visión autoritaria y antidemocrática de la participación ciudadana en el entramado institucional', subrayan los vecinos.

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Barcina y el pasado

La alcaldesa minimiza los incidentes, recordando que en la pequeña historia local de Pamplona, las obras de construcción de otros aparcamientos fueron recibidos también con enfrentamientos, acampadas y disturbios. Así ocurrió con los construidos en el subsuelo de la Plaza de Toros, la plaza de San Francisco o la plaza Blanca de Navarra. Pero asegura que la prolongación de estos disturbios hay que atribuirla a 'grupos violentos que atentan contra el patrimonio y contra todo y que tienen detrás otro mar de fondo que no es la Plaza del Castillo, porque lo ocurrido estos días no es normal', subraya Barcina.

Lo cierto es que los vecinos insisten en que este tipo de obras, que construirá y explotará FCC a través de una empresa participada, responden a intereses ajenos a los vecinales. Muchos vecinos no podrán adquirir una plaza demasiado cara. El Ayuntamiento tiene en marcha proyectos de grandes aparcamientos cercanos a la Plaza del Castillo (Auditórium, futura estación de autobuses) y mantiene paralizados otros proyectos de aparcamiento, como el de la Cuesta de Labrit, a un paso de ese mismo lugar. El modelo de primar al vehículo con grandes gastos para dotarle de espacio, priorizándolo sobre las necesidades más simples del peatón. genera rechazo en muchos sectores.

Pero no habrá diálogo. Ayuntamiento y Delegación del Gobierno confían en que la protección policial de las obras y el cansancio de los vecinos, metidos en la canícula de agosto, agoten las fuerzas de los manifestantes. Las denuncias cruzadas por presunta prevariación e ilegalidad de las obras contra la alcaldesa y otros altos funcionarios o por simples agresiones policiales se amontonan en los juzgados.

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