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Reportaje:

Con los grandes del 'house'

El sello de música de baile más influyente, el del grupo Deep Dish, edita un disco al 'disc-jockey' valenciano Nacho Marco

Una serie de sonidos graves se arrastran como serpientes. La atmósfera que los envuelve es profunda, palpitante, transmite una emoción pura, íntima y desasosegante. Luego vienen los ritmos tribales, que acompañan a una melodía sin voces. Éstas no hacen falta para aumentar el calor de este tema electrónico que, a través de la frialdad sintética, quema de sentimiento. El conjunto es una mezcla de música de esencia negra y de aportaciones hipnóticas. Es Lights off!, el disco con dos versiones diferentes de la misma canción que Nacho Marco, disc-jokey valenciano de 25 años, va a editar ya mismo en el sello discográfico Shinichi.

Más allá de quién crea la música, en este caso importa mucho quién la edita. Porque Shinichi pertenece a Deep Dish, el dúo de disc-jockeys y productores musicales de moda en todo el mundo. Que un valenciano edite con ellos es tan impactante como si un valenciano pisara la Luna. Porque Deep Dish han remezclado para la pista de baile temas de Madonna, Janet Jackson o The Rolling Stones. Por una de sus sesiones como pinchadiscos en Ibiza, Nueva York, San Francisco o Nottingham, Deep Dish pueden cobrar más de cuatro millones de pesetas. Sus integrantes son Ali Dubfire Shirazinia y Sharam Tayebi, nacidos en Irán y emigrados a Washington, donde tienen su centro de operaciones. Su influencia en la música de todo tipo es grande, porque, en pocos años, se han convertido en referencia para entender el sonido más penetrante de este nuevo siglo: el deep house. Si el sonido house se desarrolló en los años ochenta mezclando la música disco con los mejores ritmos que la tecnología podía aportar, el deep house añade pautas lentas de serenidad y oscuridad a ese combinado añejo. Deep Dish destacan desde mitad de los noventa acercando el house pausado al terreno narcótico del sonido conocido como trance. En manos de otros, esto podría convertirse en una patata. Pero en manos de Deep Dish, suena a gloria. Y la verdad es que en manos de Nacho Marco, devoto de estos maestros, también.

En el raquítico panorama de pinchadiscos que se abren paso desde Valencia, Marco destacó hace pocos años por su atrevimiento. Se montó un estudio de grabación, y empezó a hacer música. 'En el 96', cuenta, 'grabé un álbum que envié a la mayoría de discográficas de España, pero lo rechazaron. Eran malos tiempos, porque decir Valencia era decir bakalao, un concepto muy mal visto, y esto asustaba a los editores de techno'. Más adelante grabó un EP -un disco con cuatro canciones de baile electrónico- con el sinónimo de Loudeast, nombre que ha hecho servir para todas sus producciones posteriores. Se llamaba The Original, y en una sala valenciana se lo cedió para que lo escuchara al disc-jockey y productor británico Chris Duckenfield, que esa noche pinchaba en la discoteca. 'A Chris le gustó', explica Marco, 'y lo editó en su sello Odori'. 'Son las ventajas de esta música', opina, 'es absolutamente global, no importa su origen geográfico, sino sólo el sentimiento de la persona que la cree'. La sorpresa vino cuando el pinchadiscos valenciano, a través de la prensa especializada y de Internet, se enteró de que su disco 'lo programaban disc-jockeys muy cotizados en todo el mundo'. Entre ellos, los sorprendentes Circulation, el gigante francés Laurent Garnier y también Deep Dish. Estos últimos contactaron con Duckenfield, y después con Marco, para editar en su sello un tema del EP The Original. Este tema era Lights off!, 'que tiene ya tres años', apunta, 'pero al que yo añadí una nueva remezcla para esta ocasión'. Este verano, Deep Dish lo editarán por fin en todo el mundo después de una laborioso proceso contractual con su creador. Además, lo han incluido en un doble CD, Yoshiesque 2, donde los dos iraníes mezclan sus temas favoritos como disc-jockeys. Nacho Marco, con su reconocimiento en alza, ya está creando remezclas para artistas europeos. ¿Llegará a algún día a cobrar lo que Deep Dish?

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