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Columna
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De justicia

Fue el pasado sábado. La delegación andaluza de Jueces para la Democracia (JpD), a través de los medios de comunicación, hizo llegar su queja: 'El PSOE andaluz no apoya a su única candidata de Andalucía al Consejo General del Poder Judicial'. Hasta aquí, podría considerarse una queja más. Es razonable que cualquier asociación pretenda estar representada en los órganos institucionales a los que puede acceder y se queje cuando no es así. Es lógico también que JpD se queje por la izquierda y ante quien tiene capacidad de llegar al acuerdo.

Así las cosas, la queja agota su importancia en este contexto. Sin embargo, se puede analizar desde otra óptica. En nuestra comunidad, la elección de miembros de la Sala de Gobierno del TSJA se realiza por el sistema mayoritario. Quiere decir que, a pesar de que JpD cuenta con un 30% de los votos de los jueces de Andalucía, sus jueces elegibles nunca llegan a formar parte de la Sala, sólo quienes pertenecen a la APM. Es mayoritaria. Si este sistema se aplicara en las elecciones autonómicas, o del Estado, el resultado serviría para que los que obtuvieran el mayor número de votos ocuparan el Parlamento. Una parte importante de la ciudadanía no estaría representada.

Pues bien, si ahora tampoco se cuenta con ningún juez que pertenezca a JpD, estos jueces no sólo van a carecer de representación electa en la Sala de Gobierno del TSJA, sino que Andalucía no va a contar en el CGPJ con una juez andaluza de esta asociación.

Hoy, cuando escribo, se sabe que JpD se ha pronunciado en contra de la decisión del Gobierno sobre expulsión de inmigrantes. Algo que no es indiferente a Andalucía, ni a su Gobierno. También que la APM ha callado. De seguir así, mañana, JpD no podrá, desde el CGPJ y desde su conocimiento de Andalucía, decir lo mismo.

Es posible que sea lo políticamente correcto. Los políticos saben de Justicia. Han hecho un pacto para despolitizarla. Por esta razón puede que, desde el Constitucional, Calvo nos cuente lo que es un Estado de Derecho. Es posible.

Sin embargo, es más posible, como diría un amigo con cierta sorna, que la Justicia camine hacia el centro. Y se sabe que en el centro están Madrid y el Consejo de Estado. También que por Madrid pasa el Manzanares y no el Guadalquivir.

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