La 'diligencia' del Rincón
Mi paciencia y la de muchos otros usuarios de la línea de autobuses Portillo, Rincón de la Victoria-Málaga, llegó casi al límite de la paranoia el día 19 de julio, al intentar salir del Rincón para llegar a mi lugar de trabajo en Málaga.
1. La diligencia que debía transportarnos a las 16 personas que nos encontrábamos en la parada de El Cantal no apareció a su hora (según calendario de salidas de la citada empresa, por supuesto), sino 35 minutos después. Eso es casi normal diariamente, o bien a la ida y no digamos a la vuelta: misión imposible.
2. La desesperación vino en la parada de La Araña, al quedarse parado unos minutos sin querer ponerse en marcha el pobre motor debido seguramente al exceso de peso, cosa normal pues los coches parecen estar sacados de alguna excavación arqueológica y, por supuesto, como la plaza de toros, o sea lleno hasta la bandera.
Parece ser que la citada línea no les debe ser muy rentable, a tenor del mal estado de los autobuses de que la dichosa empresa dispone, pues según los conductores siempre hay alguno averiado.
Llevo siete años residiendo en El Rincón de la Victoria que, por cierto, era un lugar muy tranquilo pero que ahora ha perdido todo su encanto debido a la masificación. Me pregunto si es posible que no hayan aumentado el número de autobuses para tanta gente como vivimos allí. Y también si legalmente está permitido llevar a los usuarios como al rebaño, apiñados contra las puertas con el consiguiente peligro.
Desde aquí animo a otras compañías de transporte público o de ganado, que para el caso es lo mismo, a competir con la empresa Portillo a ver si, como dicen que la competencia es buena, por una vez los sufridos usuarios nos beneficiemos. También quiero dar mi apoyo a todo el público que se queda en las paradas, cuando después de media hora de espera los autobuses (pateras) pasan de largo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.