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LA OFENSIVA TERRORISTA

Castresana y Oiarzabal tenían armas y explosivos en su piso donostiarra

Investigan su intervención en otros atentados

Varias bombas lapa, dos pistolas automáticas de las marcas HS y Sig Saguer del calibre 9 milímetros parabéllum, cuatro temporizadores Lexon, un scanner y material eléctrico para confeccionar bombas junto a 15 kilogramos de dinamita marca Titadyne, procedente del robo perpetrado por ETA en una cantera de Grenoble en marzo, constituyen el arsenal encontrado en el piso que habitaba en San Sebastián el comando etarra formado por Anartz Oiartzabal, de 23 años, y Olaia Castresana, de 22, a la que sorprendió la muerte mientras manipulaba una bomba en Torrevieja. Entre las 14 esquelas que ayer dedicaban a Castresana en Gara diveros colectivos y organizaciones. Una de ellas, con un maite zaitut (te quiero, en euskera) iba firmada por su novio Anartz.

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Más de seis horas duró el registro realizado por la Guardia Civil en esta vivienda donde vivía la pareja desde hace meses y que, al igual que la de Torrevieja, es propiedad de los padres de Oiarzabal. Se encuentra situada en el número 9 de la calle de Berminghan, en el centro del barrio donostiarra de Gros. Una extensa parte del mismo fue acordonada a mediodía, mientras miembros de los grupos de desactivación de explosivos, la policía judicial y del Servicio de Información de la Guardia Civil -ya registraron la víspera los domicilios de los padres de los dos activistas- comenzaban el prolongado y minucioso registro.

El armamento estaba escondido en el interior de una bolsa de deporte debajo de la cama, según precisaron los responsables policiales ayer en el cuartel de la Guardia Civil de Intxaurrondo donde expusieron el contenido de lo incautado en el registro del piso.

Junto al material de manipulación de las bombas lapa, el comando guardaba un manual que estaba titulado "ikusi E.T.A. ikasi" ("mira y aprende", un juego de palabras porque eta es esa conjunción en euskera), que contiene las instrucciones para la fabricación de bombas y su colocación en el interior de fiambreras.

Los agentes que extrajeron del inmueble todo el material descrito precisaron también que habían hallado mapas de algunas zonas de Levante, lo que indicaría la posibilidad de que hubieran intervenido en el atentado con coche bomba en Gandia (Valencia) hace dos meses. A juzgar por los resultados de la inspección, sus responsables no descartaban que la pareja de activistas hubiera participado en algún atentado anterior al que preparaba en Torrevieja. De hecho, afirmaron que existían suficientes indicios en el piso registrado como para afirmar que en su interior se habían manipulado explosivos y confeccionado bombas, por lo que sospechan que el comando podía haber participado en otros crímenes en Guipúzcoa.

La documentación incautada en la vivienda permitirá despejar estas incógnitas. Por el momento, los investigadores, que han puesto en marcha varios dispositivos para localizar al huido Anartz Oiarzabal, desconocen los datos básicos sobre el comando que formaba la pareja, si estaba exclusivamente formado por ellos dos o participaba una tercera persona, incluso desde cuándo estaban funcionando como comando de ETA.

El vicepresidente primero y ministro del Interior, Mariano Rajoy, informó ayer al líder socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, del desarrollo de estas investigaciones y le detalló los planes de su departamento para desplegar seguridad adicional en las zonas turísticas ante la ofensiva desplegada por la organización terrorista. En este encuentro de los miembros del Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo, en la que también participaron el diputado socialista Alfredo Pérez Rubalcaba, el secretario general del PP, Javier Arenas, y el secretario general de la Presidencia, Javier Zarzalejos, acordaron celebrar la próxima reunión de su comisión de seguimiento el próximo 5 de septiembre.

En ella se concretará la puesta en marcha de la fundación de víctimas que acordaron crear como resultado de la fusión de las existentes en el pacto citado.

Guardias civiles, durante el registro realizado ayer en un piso del barrio donostiarra de Gros.
Guardias civiles, durante el registro realizado ayer en un piso del barrio donostiarra de Gros.JAVIER HERNÁNDEZ

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