UN SUEÑO MUY CARO
Hillebrend Call, un jubilado australiano de 82 años cuyo mayor deseo era visitar el Cabo Norte noruego, se quedó a 100 metros de verlo cumplido por considerar elevado el precio de la entrada, según aseguraba ayer el rotativo local Aftenposten. 'En todos los rincones del mundo, la comunión con la naturaleza es algo gratuito', manifestó indignado Call, tras negarse a pagar las 175 coronas (3.660 pesetas, 22 euros) que le permitían franquear el acceso. '¿Qué pensarían si Australia empezara a reclamar dinero por tener derecho a contemplar sus maravillosas playas? Y en Suiza nadie aceptaría pagar por el derecho de mirar las montañas', argumentaba despechado. El Gobierno noruego ha confiado la gestión del Cabo Norte -el segundo punto más septentrional del país, visitado por unas 200.000 personas al año- a una empresa privada.
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