El Real Madrid no fichará más jugadores hasta que pueda reducir gastos
Zidane es el costado luminoso de la plantilla del Madrid. Sus 32 jugadores, un número demasiado abrumador para formar un equipo de fútbol, constituyen el lado oscuro y el síntoma de una crisis larvada. Junto a la estrella por antonomasia del fútbol mundial se entrenan ocho futbolistas (por lo menos) que provocan una peligrosa superpoblación en la plantilla, según fuentes del club: Dorado, Tote, Rivera, Julio Álvarez, Rodrigo, Congo, Baljic y Ognjenovic. Ocho problemas para el Madrid, que no encuentra equipos para darles destino. 'El mercado está parado y muy empobrecido', advierten con preocupación las fuentes madridistas. Salvo el traspaso de Eto'o al Mallorca (1.500 millones de pesetas), la entidad aún no ha podido vender a ningún jugador. El gigantismo amenaza al nuevo proyecto y hace prácticamente imposible que se realicen fichajes, algunos muy necesarios, como la contratación de un defensa. Florentino Pérez considera que la plantilla está cerrada. 'Si nos volvemos locos es por motivos estratégicos como para fichar a Zidane o Figo', apuntó ayer el director general deportivo, Jorge Valdano; 'pero eso no significa que estemos locos'.
Más allá del equilibrio entre los intereses de Valdano (preocupado por reforzar al equipo) y Pérez (decidido a no gastar), los dirigentes madridistas consideran que sería una locura fichar sin antes reducir gastos. Esto significa que el club no piensa traer ni a Vieira, ni Zanetti, ni Manuel Pablo, todos jugadores que superan con creces los 3.000 millones de pesetas, y que, de ser adquiridos, engordarían la gigantesca partida presupuestaria de gastos que el club se deja en sueldos para futbolistas: más de 20.000 millones brutos anuales.
Ognjenovic, Rodrigo, Congo, Baljic y Flavio Conceiçao son el ejemplo más grave de los defectos de la política de fichajes del ex presidente Lorenzo Sanz. Una política que lastra al actual plantel y sitúa al club en un callejón sin salida fácil. Incorporados entre 1999 y 2000, estos cinco jugadores costaron unos 10.000 millones de pesetas. Fueron 'apuestas' pagadas a precio de 'realidades', según un técnico blanco, y su sueldo también se ajusta al propio de las estrellas. Ahora el Madrid quiere venderlos. Pero los jugadores no aceptan ofertas que no igualen sus fichas, y son pocos los clubes interesados. O no existen.
A Rivera, Tote, Dorado y Julio Álvarez, el Madrid les busca un equipo en el que puedan evolucionar, jugar 40 partidos por temporada, superar la inactividad del ciclo pasado y así tentar compradores. Pero el mercado está tieso para ellos también. Los clubes españoles no tienen dinero. El Madrid y el Barça han gastado fuera de España y esa salida de capital ha contribuido de forma decisiva a la falta de actividad interna. No hay efecto cascada.
'Me quiero ir, soy yo el que se quiere marchar', decía ayer Tote; 'a mi edad necesito jugar, y el año pasado sólo jugué seis partidos...'. La ex promesa del juvenil, el delantero zurdo que un día maravilló a Lorenzo Sanz, dejaba el entrenamiento de Nyon con aires de hartazgo. A su lado, Rivera parecía un deprimido. Y Ognjenovic, que tiene un pleito con el club por divergencias contractuales, no les iba a la zaga: 'Quiero terminar con esta locura de una vez'.
Tote, Ognjenovic, Rivera, Congo... Todos se sienten capaces de pertenecer al equipo de Figo, Zidane y Raúl. Se sienten defraudados por alguien o algo. Saben que su tiempo en el Madrid se ha quemado y necesitan irse. El Madrid hace tiempo que prescinde de ellos. Pero los clubes interesados son pocos. El dilema huele a conflicto.
Donde no parece que vayan a saltar chispas es entre las megaestrellas. Al menos por ahora. Ayer, después de entrenarse juntos, a Figo le preguntaron qué le parecía Zidane como futbolista. 'No está mal', respondió, con una sonrisa guasona, mientras se pasaba la mano por el tupé. 'En cierta forma Zidane nos garantiza calidad, pero con nombres no se ganan títulos, para ello tendremos que esforzarnos todos', subrayó el portugués, que, al igual que Zizou, nunca ha ganado la Copa de Europa.
Ver a Figo y Zidane en el mismo bando es un hecho tan extraño como atractivo para cualquier hincha, de modo que ayer el entrenamiento del Madrid se convirtió en una romería. Unas mil personas coparon el campo, en su mayoría inmigrantes portugueses en Suiza, o franceses que cruzaron la frontera, que dista unos siete kilómetros de la localidad de Nyon, donde se concentra el Madrid. 'Normalmente las concentraciones se hacen en lugares donde hay menos gente, y aquí hay mucha', opinó Figo con aire incómodo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.