Los socialistas exigen una moratoria para el trasvase Júcar-Vinalopó tras la cesión del embalse de Alarcón
Los socialistas creen que el pacto por el que los propietarios del embalse de Alarcón han cedido el manejo de la infraestructura al Estado hace innecesario el trasvase Júcar-Vinalopó, obra que se adjudicará en septiembre. Por eso, Joan Francesc Peris, portavoz de Medio Ambiente del Grupo Socialistas-Progresistas, ha exigido una moratoria de la obra, que costará 38.000 millones de pesetas. Por lo menos hasta que se defina claramente por dónde va a pasar el trasvase del Ebro.
Peris explicó ayer que la conducción Júcar-Vinalopó se ha justificado siempre para enviar agua a La Marina Baixa, L'Alacantí y las comarcas del Vinalopó, un transporte que ahora se está realizando dando un rodeo mediante el trasvase Tajo-Segura. Esta solución provisional del Gobierno ha provocado malestar en la Unión Sindical de Usuarios del Júcar (USUJ), los propietarios del embalse de Alarcón (regantes del Júcar e Iberdrola). Según los socialistas, si se quiso construir el trasvase para no negociar envíos desde Alarcón con sus dueños, ahora que la gestión del embalse está en manos del Estado, no hace falta una obra tan costosa.
Además, Peris recuerda que el trasvase al Vinalopó, tal y como está diseñado (desde el embalse de Cortes hasta Villena) no servirá para conducir, hacia las cuencas del Segura y del Sur, los caudales del trasvase del Ebro, que llegarán al Júcar a la altura del embalse de Tous (aguas abajo de Cortes). Si no se paraliza el canal proyectado, las dos soluciones posibles son 'pésimas'. La primera es que haga falta hacer otra conducción hasta el Vinalopó para llevar el agua del Ebro también a Villena pero desde el embalse de Tous. Peris cree que duplicar infraestructuras es 'estúpido'.
La segunda posibilidad, la de sólo hacer el trasvase diseñado, implica 'que el agua sucia del Ebro se quede en los regadíos tradicionales de La Ribera y Valencia y que el agua limpia del Júcar se envíe desde Cortes hacia el sur', solución que califica de 'inadmisible'. En resumen, los socialistas se oponen al macrotrasvase del Ebro, ven inútil el trasvase al Vinalopó y apuestan por enviar agua a este río a través del acueducto Tajo-Segura.
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