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GREC 2001

Muñoz se inspira en un filme de Wenders para una coreografía

La voluntad de crear un espectáculo a partir de una obra ya existente es el origen de Las mentiras del entusiasmo, la nueva coreografía de Damián Muñoz que se estrena mañana en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB). Con esta premisa como punto de partida, el coreógrafo optó por escoger una película como fuente de inspiración porque reconoce que el cine es la disciplina artística más influyente en su vida. Y se decidió por El cielo sobre Berlín, de Wim Wenders, por su fuerza visual y porque le gusta mucho, reconoce con franqueza Muñoz.

La relación de amor entre un ángel y una mortal como hilo conductor de una serie de historias de desesperanza del filme de Wenders es, en cualquier caso, un referente, pero Muñoz no ha tratado de escenificar la película. 'La he utilizado como un guión emocional. He intentado plantearme los mismos problemas que se plantean en el filme y resolverlos con el lenguaje de la danza', señala. La pieza, pensada especialmente para el CCCB, está interpretada por seis bailarines (cuatro hombres, entre ellos el propio Muñoz, y dos mujeres) y cuenta con una música creada especialmente por Borja Ramos y Petti. Muñoz no ha querido utilizar la banda sonora del largometraje para dejar claro que, aunque ésta sea la fuente de la que bebe el espectáculo, lo han trasladado a su propio mundo.

La luz, un personaje más

Las mentiras del entusiasmo, según su creador, juega con una iluminación que a menudo puede considerarse un personaje más de la historia. 'Ha sido creada por Javi Ulla, miembro de la compañía desde el principio, y no es un mero decorado, sino que forma parte de la trama', precisa el coreógrafo.

Para esta nueva producción, que podrá verse hasta el próximo sábado, Muñoz ha escogido un título no vinculado a Wenders, pero sí a su propia experiencia y a sus métodos de trabajo. 'Cuando empezaba a dar forma a este proyecto me instalé en la casa de mis padres, en la que he crecido, y vi a mucha gente que llevaba tiempo sin ver. Me di cuenta de que todo el mundo tiene necesidad de demostrar que se siente muy bien, pero que en muchos casos ese entusiasmo es mentira', aclara. Dado que las conversaciones con gente de su entorno siempre acaban incorporándose de un modo u otro a sus coreografías, Damián Muñoz decidió escoger como título esa impresión agridulce recogida sobre el terreno.

Muñoz podría poner un punto y aparte en la relación del CCCB con el Grec. Con vistas a las próximas ediciones, los responsables del centro de cultura barcelonés y el festival intentarán buscar una programación más acorde con las actividades que el CCCB desarrolla a lo largo del año. La danza se desplazaría así a otros espacios más idóneos, preferentemente la Sala Ovidi Montllor del Mercat de les Flors.

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