Anillos para un millar de flamencos

A las 6.30 amanece en la laguna de Fuente de Piedra (Málaga). Es la hora en la que están más tranquilos los pollos de Phoenicopteru ruber roseus o, lo que es lo mismo, de flamenco común. Están encerrados en un corral, rodeados y observados por unas 300 personas deseosas de ayudar en la tarea que ocupará las horas siguientes: los 1.000 pollos confinados en el corral serán marcados en las tibias con anillos naranjas y blancos que tienen un dígito que puede ser leído a distancia con un telescopio terrestre. Esto permitirá hacer un seguimiento a cada ave y conocer aspectos como la dispersión de la población, el uso de las diferentes zonas húmedas, la reproducción, la supervivencia, etc.

El millar de pollos, que es un 10% de los que han nacido este año y que tiene entre 40 y 70 días, fueron encerrados a las 5.30 en un corral por cuatro grupos de voluntarios llegados de toda España. Desde ahí los fueron sacando a corrales más pequeños para ser anillados. Se aprovecha también para medirles el pico, el ala y el tarso, que es la parte más delgada de las patas de las aves. Los flamencos, a pesar del revuelo de gente, se mantenían bastante tranquilos, incluso cuando eran cogidas por las manos de los voluntarios. Una vez terminado el proceso, los pollos son liberados en la orilla salina de la laguna. Aunque no todos. Algunos tienen que pasar por los veterinarios que están situados en mesas cercanas al corral para curar alguna herida o para extraerles sangre para ver si pudieran tener enfermedades, observar qué tipo de alimentación llevan y ver los grupos sanguíneos.

De octubre de 2000 a junio de 2001 se registró en la zona una alta precipitación, lo que hizo que el agua alcanzara un nivel máximo de 52 centímetros, creando unas condiciones favorables para que los flamencos estableciesen en la laguna una amplia colonia de reproducción formada por más de la mitad de las parejas reproductoras de flamencos del Mediterráneo Occidental. El programa de anillamiento y marcaje ha demostrado que los flamencos que llegan a Fuente de Piedra se desplazan a localidades que distan hasta 200 kilómetros de la colonia para alimentarse.

El marcaje de ayer fue supervisado por Manuel Rendón, director de la reserva y por José Larios, director de Educación Ambiental de la Junta. Parte de los participantes pertenece al sexto Campo de Voluntariado Ambiental, formado por personas que, de forma altruista, dedican parte de su tiempo libre a tareas de conservación de los recursos naturales y de mejora de la calidad ambiental. Al anillamiento, organizado por la Consejería de Medio Ambiente, asistió también personal de la Estación Biológica de Doñana, de la de Tour du Valatat (Francia), vecinos de Fuente de Piedra y ornitólogos especialistas. Las actividades han sido supervisadas por 120 observadores que no han intervenido en los anillamientos.

Los voluntarios, de entre 18 y 30 años, han colaborado en la construcción del corral y han hecho un seguimiento de la colonia y de los grupos de partida. También han participado en numerosas actividades de educación ambiental. Como indica el pacense Miguel Ángel Gerada, uno de los coordinadores del equipo de marcaje, sólo con ver las caras de los voluntarios se aprecia el entusiasmo que hay.

En la laguna hay 12.000 pollos nacidos de 15.000 parejas de flamencos procedentes del Mediterráneo Occidental y del África Noroccidental. El anillamiento de ayer es 12º desde 1986. Con el último millar ya son 10.982 los flamencos censados.