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Columna
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¡Agua!

Miguel Ángel Villena

A mediados de los ochenta estalló una guerra civil entre Dénia y Pego. O dicho de otro modo, entre un municipio costero, rico y orientado al turismo y una localidad que todavía vive básicamente de la agricultura. La razón de fondo era un litigio por el agua, un bien siempre escaso a orillas del Mediterráneo y que los pegolinos se negaban a ceder en aquellos tiempos de sequía. Cortes de carretera, cargas de la Guardia Civil y disputas entre los ayuntamientos jalonaron aquellos larguísimos veranos de los ochenta en los que no caía una gota mientras millones de turistas llenaban los hoteles, los campos de golf, las zonas de acampadas, los apartamentos y los restaurantes. Desde entonces el crecimiento urbanístico, lejos de frenar su voracidad, ha emprendido una escalada sin precedentes. 'Turismo de sol y playa' ha sido, una y otra vez, el lema electoral de Eduardo Zaplana. Y a fe que ha cumplido sus promesas.

Los populares han convertido la Comunidad Valenciana en un inmenso parque temático que estallará en mil pedazos cuando regrese otro ciclo de sequía. Porque las peticiones de desarrollo sostenible de los ecologistas no representan ninguna utopía ni ninguna reivindicación descabellada. Se trata, lisa y llanamente, de una cuestión de supervivencia. Pero el desarrollo sostenible parece importarle a muy poca gente en una época de vacas gordas, dinero fácil y consumo disparatado. A la Generalitat, desde luego, la defensa del medio ambiente le trae al pairo. Frente a medidas proteccionistas que comienzan a adoptar timídamente gobiernos como el de las islas Baleares, el Ejecutivo de Zaplana está dispuesto a borrar del mapa la línea del litoral. No crean que exagero porque las prospecciones urbanísticas apuntan a que, dentro de pocos años, una gigantesca conurbación se extenderá desde Valencia hasta Benidorm. Algunas empresas constructoras ya han comenzado a encargar estudios para levantar pueblos enteros en una zona que abarcaría desde Gandia hasta Alicante. Pero no han reparado en algo tan elemental como el agua.

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