Escasez de camas
Cerrar una sala de pacientes crónicos con la escasez de camas existente es una irresponsabilidad. En el hospital Dr. Moliner, debido a la escasez de auxiliares, la forma y el ritmo de trabajo se asemeja al de una cadena industrial. Para el aseo diario utilizamos la funda impermeable que va sobre el colchón, como bañera adonde va el agua jabonosa, que luego secamos con las sábanas sucias. O, imagínense, las piruetas de una auxiliar para dar de comer a 2 o 3 pacientes a la vez, en tiempo récord. Algo inusual en otros hospitales. Inusual también, es que un aparato de rayos portátil no se pueda desplazar cuando es preciso; que haya un solo pulsímetro o que las camas, para moverlas, necesiten dos celadores, por el estado de las ruedas. ¡Naturalmente que el coste/cama es inferior al de otros centros! La dirección vive de espaldas al paciente y sus trabajadores. Como anécdota, en una reunión con los celadores, el doctor de gestión vino a decir: 'Aquí de lo que se trata es de llegar a fin de mes sin complicaciones'.
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