Los demócratas piden una investigación sobre las elecciones en Florida
Sospechas de irregularidades a favor de Bush
Varios congresistas demócratas de EE UU van a pedir que una comisión investigue las presiones ejercidas por el Partido Republicano para favorecer a George W. Bush con votos irregulares en las elecciones presidenciales de noviembre pasado. Una investigación del diario The New York Times ha desvelado que los republicanos desplegaron una estrategia de presión para que se aceptaran como válidos los votos por correo que legalmente deberían haber sido anulados.
La mayor parte de las papeletas enviadas por correo a Florida correspondían a personal militar destinado en el extranjero, cuya inclinación electoral es habitualmente conservadora. A los políticos demócratas les parece escandaloso que un congresista republicano, Steve Buyer, enviara una petición urgente al Pentágono para conseguir los datos personales y la información de contacto de los soldados estadounidenses en el extranjero; el partido de Bush trasladó esa información a sus compromisarios en Florida para que completaran votos por correo que no se habían rellenado correctamente.
Además, la investigación del Times neoyorquino ha confirmado que cientos de papeletas fueron enviadas a Florida después de las elecciones; los votos se aceptaron como válidos, a pesar de que podían responder a una movilización in extremis de los republicanos para tratar de aumentar la mínima distancia que separaba a Bush del candidato demócrata. Los demócratas quieren iniciar la investigación en el comportamiento de Buyer y determinar si fue ilegal usar recursos gubernamentales para lograr una lista de posibles votantes y entregársela al equipo de campaña de Bush.
Buyer ha reconocido que se sirvió de su puesto de presidente del subcomité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes para conseguir los datos de militares en el extranjero. No sólo no se arrepiente de haberlo hecho, sino que ha explicado que actuó movido por el enfado que le producía ver cómo el equipo del candidato demócrata, Al Gore, trató de convencer a las mesas electorales de que los votos por correo sin matasellos tenían que ser rechazados, tal y como establece la ley.
El presidente del Comité Nacional Demócrata, Terry McAuliffe, aseguró: la noticia 'confirma nuestros peores temores sobre la campaña del equipo de Bush para manipular el voto en Florida' y, a su juicio, 'demuestra que Bush estaba decidido a ganar de cualquier manera, aunque eso conllevara violar el espíritu y quizá la letra de la ley'.
El congresista Richard Gephardt, líder de la minoría demócrata, se mostró convencido de que es 'deshonesto por parte del Pentágono facilitar a un partido político las direcciones privadas de correo electrónico de los soldados'.
En todo caso, Gephardt está de acuerdo con la interpretación del diario neoyorquino al reconocer que no tiene la impresión de que hubiera fraude. 'Pero hay que hacer algunas preguntas. Hubo maniobras cuestionables para sumar votos', dijo. Otros miembros de su partido fueron más beligerantes, especialmente el congresista Peter Deutsch, de Florida: 'Es asombroso. Da miedo. Y también es ilegal y constituye una merma en la confianza que depositamos en Bush'.
Reformas tan sencillas como reemplazar las obsoletas máquinas que se utilizan para votar o disponer de las listas de votantes registrados en las mesas electorales podrían evitar crisis como la que se produjo el año pasado tras las elecciones, informa Reuters.
Según un informe, conocido ayer, del Instituto de Recnología de Massachusetts, en los últimos comicios se perdieron entre cuatro y seis millones de sufragios por problemas con las papeletas, los equipos y los registros de votantes. Con una inversión anual de cuatro dólares (800 pesetas) por votante, el informe asegura que se podría modernizar el sistema electoral estadounidense.
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