Seamos realistas

Es fácil identificarse con el dilema presidencial sobre la importación masiva de preservativos preparada para Kenia, pero no es momento de indecisiones. (...) No abriguemos ningún tipo de hipocresía sobre lo que está pasando a nuestro alrededor o sobre las medidas que hay que tomar, no cuando la muerte se pasea por nuestro país con tanta impunidad. (...) Hay quien se ha quejado amargamente por cuántas cosas más se podrían haber hecho con los 1.000 millones de chelines que se van a emplear en la compra de preservativos, y tienen razón, pero deberían haber pensado en el sida en esos términos cuando se detectaron los primeros casos a mediados de los ochenta.Es una pena que nos haya llevado tanto tiempo involucrarnos en un debate público que trate la cuestión del sida en su conjunto. Es incluso más condenable que los kenianos tengan que afrontar esta amenaza, la mayor para nuestra nación desde su independencia, en un clima de desacuerdo.

Dejando a un lado los argumentos contra el uso de los preservativos esgrimidos por la derecha religiosa, hay asuntos de naturaleza práctica que las autoridades deberán considerar seriamente; por ejemplo, ¿en qué proporción se importarán preservativos femeninos? (...) Una sabia decisión política será asegurar que tanto hombres como mujeres se encuentren en las mismas condiciones de poder tomar decisiones sobre cuestiones que pueden convertirse fácilmente en una elección de vida o muerte. (...) Dar a la gente los preservativos es una cosa, y hacer que los usen con regularidad es otra muy diferente.

Nairobi, 13 de julio