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Londres y Dublín ofrecen 'medidas' para salvar la paz en el Ulster

Las negociaciones de paz para Irlanda del Norte pertenecen ya al pasado. Tras cinco intensos pero estériles días de conversaciones celebradas en un hotel de la Inglaterra rural entre Londres, Dublín y los partidos del Ulster, los primeros ministros del Reino Unido, Tony Blair, e Irlanda, Bertie Ahern, anunciaron ayer la inminente presentación de una serie de medidas 'no negociables' que deberán ser aceptadas por todas las partes para salvar el Acuerdo de Viernes Santo. De fracasar este último intento conciliador habría que disolver la Asamblea norirlandesa o convocar elecciones en la provincia el próximo 12 de agosto.

Blair y Ahern no quisieron dar la sensación de que la derrota de ayer echaba por tierra el acuerdo mismo de paz alcanzado el 10 de abril de 1998 y transformaron la falta de soluciones para la convivencia en la provincia en una especie de penúltimo capítulo, al que sólo podía seguir uno más, destinado a la paz en Irlanda del Norte. Una ansiada resolución que, según Londres y Dublín, sólo llegará a base de aceptar las medidas sobre la desmilitarización de la región, el decomiso de las armas de los terroristas y el mantenimiento del orden ciudadano que ambos Gobiernos presentarán en breve para su aprobación a todos los partidos políticos norirlandeses. 'La hora de las negociaciones ha pasado y sería una tragedia no alcanzar ahora la paz. Las medidas que propondremos no podrán modificarse. Serán un 'lo toma o lo deja' para todos los partidos. Ya no hay más tiempo que perder', dijo Blair al abandonar el hotel donde había convocado a todos los partidos de Irlanda del Norte. A la cita no acudieron las formaciones vinculadas a grupos paramilitares protestantes; es decir, el Partido Unionista Progresista (PUP), asociado a la Fuerza Voluntaria del Ulster, y el Partido Democrático del Ulster (UDP), brazo político de los Luchadores por la Libertad del Ulster (UFF).

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Responsabilidad colectiva

El ultimátum de Blair fue recibido con serenidad por Gerry Adams, presidente de Sinn Fein, a su vez representante político del Ejército Republicano Irlandés (IRA), que apeló a la responsabilidad colectiva de los líderes políticos para asegurar la paz en Irlanda del Norte. 'Vamos a ver si es verdad que estas nuevas medidas sirven para aplicar el Acuerdo de Viernes Santo. Un pacto que no peligra por culpa de las pistolas del IRA, silenciadas hace tiempo. Si está al borde de la ruptura es por culpa de las balas de plástico de la policía y de los tiros protestantes', aseguró, refiriéndose a la actuación policial durante los actos violentos registrados esta semana en el Ulster y que fueron repelidos por los agentes con todos sus efectivos antidisturbios. Provocada por la dimisión de David Trimble como ministro principal de la Asamblea de Irlanda del Norte al no haber comenzado aún el desarme terrorista, esta nueva crisis ha visto cómo la reforma de la policía norirlandesa y la desmilitarización de la región dividían con igual fuerza a unionistas y nacionalistas.

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