'Tengo miles de manías'

David Etxebarria cumplirá 28 años el día de descanso tras la etapa de Luz Ardiden. Al fichaje estelar del Euskaltel le gusta el Tour -ganó dos etapas en 1999-, pero ante todo está enamorado de las clásicas. Se ajustan más a su fisonomía. Él, un tipo extrovertido, alegre y nada huraño, es supersticioso. Le pierden las manías. Antes, durante y después de andar en bicicleta se siente inconscientemente obligado a seguir una serie interminable de rutinas. Si no, al corredor de Abadiano (Vizcaya) le invade la sensación de que no es él mismo.

Pregunta. ¿Cuál es su principal manía?

Respuesta. Tengo miles. En carrera, cuando me dan las piezas del avituallamiento, no las puedo comer enteras. Las tiro sin terminar. Entrenándome, si voy con el pantalón largo, tengo que llevar los calcetines por encima de las zapatillas. En mi habitación no puede haber nunca cajones abiertos. Si se cae sal, me tengo que echar un poco por la espalda...

P. Dígame un vicio suyo que llegue casi a lo enfermizo.

R. Los helados. No como todos los días porque aquí no me dejan, pero en casa sí.

P. Su principal virtud.

R. Creer en mí mismo.

P. ¿Y un defecto?

R. Ser cabezón, demasiado.

P. ¿Qué odia más en el día a día?

R. Tener que quitarme cada día los imperdibles del dorsal. Por lo menos, en el Tour me dejan llevarlo pegado al maillot.

P. ¿Qué ciclista elegiría para reencarnarse?

R. Laurent Jalabert, por su profesionalidad y por su capacidad para ganar en cualquier lado.

P. Una película.

R. Érase una vez en América, con Robert de Niro.