El eco de la sangre

Por si las noticias de Buruaga no fueran lo bastante preocupantes, Antena 3 propone para la noche de los jueves Investigación policial, un derivado reciclado de Policías. Al documentarse para los guiones de la serie, la productora descubrió que la materia prima con la que trabaja la policía podía servir para un formato con voluntad de impacto y algún coqueteo con lo escabroso. Cinco casos, a cual más morboso, y un narrador de lujo, Josep Maria Pou, que ejerce de eslabón entre la serie madre y su retoño. El programa acumula, con cierto desorden, los recursos propios de la poética del homicidio. La reconstrucción con actores y las entrevistas con investigadores, lo verídico con el montaje y una sucesión de trucos visuales que distraen del meollo de las historias, provocando cierto mareo en el espectador. Al final, uno ya no sabe si el psicópata de Mislata es el culpable del secuestro de la farmacéutica de Aranjuez o si el matamendigos caníbal se cargó al transexual del escorpión y por qué demonios los alrededores de Valencia son tan propensos al delito y el mundo está tan lleno de asesinos en serie y necrófilos.

Unas gotas de ¿Quién sabe dónde?, un chorrito de Informe semanal, algo de Interviú, mucho de aquellos programas que hacía Marlasca, trucos de banda sonora y esas voces en off intimidadoras completan una relectura de la sección de sucesos pasada por el turmix televisivo. Planos de maletines llenos de pasta, coches huyendo por rampas de parking y algún testimonio celtibérico, como el del poli que sospechaba de, cita textual, 'un hombre de nacionalidad africana' (supongo que él sería de nacionalidad europea).

Travestidos descuartizados, psicomendigos, una fauna marginal y violenta se convierte en protagonista de expedientes rebozados de prosa forense. Imágenes de la policía y peliculeras reconstrucciones que no valen, pese al gran esfuerzo de montaje, lo que un buen testimonio. Como el de la farmacéutica, que en el momento de ser liberada por los geos, los confundió con unos extraterrestres.

Total: un publirreportaje encubierto a favor de la policía con un embajador, Josep Maria Pou, que, con su físico de duro fiscal del distrito o de peligroso abogado a lo George Sanders, hace lo que buenamente puede para que el tiempo vaya pasando sin causar, pese a su sangriento contenido, excesivos estragos.

[Investigación policial tuvo 2.338.000 espectadores y un 19,7% de cuota de pantalla]