LOS ÁRBOLES MORIRÁN DE PIE

Pedro Pidal, marqués de Villaviciosa, pionero del montañismo y la escalada y precursor del conservacionismo en España, estaba persuadido de que los españoles habían declarado la guerra a los árboles y que ése, y no otro, era el origen de todos los males de la patria. El creador de los parques nacionales españoles probablemente sostendría hoy un diagnóstico similar, pero en su labor concienciadora ya no estaría solo. En su tierra, Asturias, los casi cuatrocientos vecinos de Navelgas, una localidad rural del municipio de Tineo, acaban de lograr una victoria para ellos histórica contra los compulsivos amantes de abatir árboles para abrir paso al futuro. El anuncio de que un conjunto de ejemplares que dan carácter y sombra a la localidad, entre los que predominan los plátanos, iban a ser talados para construir en su lugar un pabellón polideportivo generó un espontáneo movimiento de protesta popular. Durante los dos últimos meses, buena parte del vecindario protagonizó protestas airadas, quemó barricadas y montó un régimen de guardias nocturnas a pie de árbol para disuadir a los leñadores. Tesón, perserverancia y espíritu rebelde han dado sus frutos, y la tenaz defensa vecinal de los plátanos ha logrado poner freno al desmán arboricida y hasta allegar el entendimiento entre la Corporación municipal, del PP, y el Gobierno del Principado, del PSOE. El alcalde tinetense, Mariano Ruiz, y el director general de Deportes de la comunidad autónoma, Daniel Gutiérrez Granda, han pactado una moratoria de un año para buscar otro emplazamiento para la instalación deportiva. Ignacio García Pérez, de la asociación vecinal El Arbedeiro, juzgó la decisión como 'un avance muy importante'. Pero, por si acaso, el vecindario se mantendrá vigilante. Para que, como escribiera Alejandro Casona, natural del vecino municipio de Cangas del Narcea, los árboles, cuando eso ocurra, sigan muriendo de pie.-