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CONFLICTO AÉREO EN ESPAÑA

Iberia da marcha atrás y reanuda sus vuelos horas después de suspenderlos

La actitud de la empresa tras la dimisión de 99 pilotos provocó una situación caótica

El conflicto que enfrenta a Iberia y el sindicato de pilotos SEPLA por la negociación del convenio colectivo dio ayer un giro inesperado. En una decisión sin precedentes, Iberia suspendió desde la medianoche todos sus vuelos para reanudarlos cinco horas y 25 minutos después de haber provocado el caos en los aeropuertos donde se dieron, incluso, conatos de agresión. La compañía alegó para la suspensión, anunciada en conferencia de prensa por el presidente de la compañía, Xabier de Irala, la dimisión en cadena presentada por 99 pilotos en cargos de confianza, claves en la Dirección de Operaciones, y ligados a la seguridad en los vuelos. Para levantar esa medida alegó el cambio de actitud de los pilotos que durante la madrugada remitieron a la sede de la compañía cartas en las que reafirmaban que, en tanto en cuanto no encontraran sustituto a su cargo permanecerían en su puesto "desempeñándolo con la misma eficacia que hasta ahora" y aportando toda su capacidad "para mejorar en lo posible la producción" de la compañía.

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Tres pilotos, según Iberia, retiraron su dimisión, mientras el SEPLA negaba tal extremo. El sindicato afirmaba igualmente que las cartas enviadas de madrugada a Iberia -más de 100- eran copia de las cartas de dimisión anteriormente presentadas, donde los pilotos pedían el relevo pero afirmaban mantenerse en su puesto hasta que encontraran sustituto. "Otra cosa", dijo Jaime Lacasa, jefe del SEPLA-Iberia, "hubiera sido ilegal".Iberia afirmaba esta madrugada que en las misivas recibidas ayer los pilotos habían añadido el compromiso de mantenerse en su puesto de trabajo contribuyendo a mejorar la producción. Y unos y otros dejaban entrever posibles presiones del Gobierno a la parte contraria para conseguir la vuelta a la normalidad.

Pasajeros afectados

La suspensión hubiera dejado en tierra a una media de 80.000 pasajeros diarios. Pero hoy operarán con normalidad los 750 vuelos programados -y por un tiempo suspendidos-, de los que 430 son nacionales y 320 internacionales. La media diaria de vuelos de Iberia es de 984.

La paralización fue decidida ayer por el consejo de administración de la compañía, y comunicada a la Comisión del Mercado de Valores, ya que Iberia cotiza en Bolsa desde el 3 de abril. Igualmente, y con anterioridad a hacerse pública, se comunicó al Gobierno, según informó Iberia, que, en un primer momento, expresó su intención de no intervenir por considerar que era un asunto de una compañía privada. Con la noticia ya en la calle, un portavoz de Fomento aseguró que no existía "base formal para la paralización de la flota". El director general de Aviación Civil afirmó que Fomento se reservaba la posibilidad de promover los procedimientos administrativos que correspondieran, sin perjuicio del ejercicio de acciones civiles y penales. Y en la misma línea se expresó Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (Aena) que advirtió sobre posibles acciones legales contra Iberia. Finalmente, el propio ministro Francisco Álvarez-Cascos instó a la compañía a reanudar el servicio.

Desde que se comunicó la suspensión, aproximadamente a las 21 horas de ayer, el Gobierno intentó que la compañía diera marcha atrás. Iberia, por su parte, sólo veía como posibilidad para la vuelta a la normalidad que los pilotos retiraran su dimisión, o disponer del tiempo suficiente para reestructurar la división de operaciones, en la que entrarán a formar parte profesionales que no son pilotos. En la sede de la compañía permanecieron reunidos un comité de crisis y otro de emergencia.

El anuncio de la suspensión provocó colas de pasajeros en los principales aeropuertos. La paralización no afectaba a a los vuelos operados por la filial de Iberia Binter Canarias, que vuela entre las islas, ni a la franquiciada Air Nostrum que une aeropuertos regionales con Madrid, ni a los de código compartido que realizan terceras compañías. Iberia se comprometió a devolver el dinero a los pasajeros afectados o a reubicarlos en vuelos de otras compañías siempre que fuera posible.

Cuando el presidente de Iberia anunció la paralización de los 177 aviones que tiene la compañía, no especificó ni el coste de esta medida, ni cuándo se reanudarían las operaciones. La única declaración al respecto fue que se haría "en el plazo de tiempo más breve posible", una vez que la empresa empezara a reestructurar la división de Operaciones. En ella trabajan 208 pilotos, de los que han presentado la dimisión en cadena hasta 99, según la compañía -más de 100 según SEPLA- alegando diferentes motivos. Esas dimisiones, que empezaron hace días y en el plazo de las últimas 48 horas se convirtieron en aluvión, llevaron al director de operaciones, el comandante Enrique Pérez Villaamil, a comunicar al presidente que la situación podría tener consecuencias "difíciles de controlar" y que afectan a la seguridad. En una carta dirigida a Irala, se refiere a situaciones "de interinidad, de tensión progresiva, agravada con casos de indisciplina inaceptables con quiebra del principio de autoridad". Afirma también que las dimisiones en bloque son "producto de una acción concertada y dirigida por la cúpula del SEPLA.

Presión del sindicato

De Irala afirmó que no se trataba de un cierre patronal, ligó la suspensión directamente a la amenaza que las dimisiones suponían para la seguridad en vuelo y la desmarcó de la negociación del convenio colectivo con los pilotos. Sin embargo reconoció que las dimisiones no son "ajenas a la presión del SEPLA". Este sindicato ha realizado tres huelgas desde el 19 de junio dentro de una cadena de paros -están convocadas para los martes de julio, los lunes de agosto y el 31 de ese mes- como apoyo a sus reivindicaciones salariales.

El estancamiento en las negociaciones provocó que esta semana Iberia propusiera un arbitraje voluntario al SEPLA, que el sindicato rechazó. Preguntado por la posibilidad de que el Gobierno dictara laudo de obligado cumplimiento, de Irala sólo manifestó ayer su seguridad en que el Ejecutivo "cumplirá con su deber", y reiteró la oferta de arbitraje voluntario al SEPLA.

Un grupo de viajeros hacía cola de madrugada en Barajas.
Un grupo de viajeros hacía cola de madrugada en Barajas.RICARDO GUTIÉRREZ

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