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Reportaje:OLIMPISMO | Elección de la sede de los Juegos de 2008

Pekín se exhibe como virtual ganadora

El favoritismo de la capital china sólo podría romperse con una sorprendente decisión del COI

Pekín se presentó ayer ante los medios informativos de todo el mundo como la virtual ganadora para acoger los Juegos Olímpicos de 2008. Hoy deberá hacer su exposición ante los miembros del Comité Olímpico Internacional, pero sólo una sorpresa de enorme calibre, aunque siempre posible en los particulares representantes olímpicos, podría derrotar por segunda vez en ocho años al país que suma por sí solo la quinta parte de la población mundial. París, más astuta y menos arrogante que en 1986, cuando perdió con Barcelona para 1992, y Toronto, siempre con las garantías económicas de lastre, esperan el descarte de la política. Osaka incluso reconoció que no había sabido transmitir su carísimo proyecto futurista de construir tres islas, y Estambul se estrellará por tercera vez porque no acaba de vender su condición de punto de encuentro entre dos continentes.

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Convergen demasiados intereses políticos y económicos para explotar el futuro del gigante asiático como para ser obviados. Además, al revés del silencio de 1993, cuando su candidatura no hizo referencia alguna a los derechos humanos, el equipo actual, en una diplomacia mucho más cuidada y claramente asesorada desde las esferas olímpicas, ha incorporado incluso su gran rémora a las bases de un proyecto de triunfo. 'Con la apertura política de China en las dos últimas décadas, el desarrollo económico ha mejorado la vida de la población y confiamos en que los Juegos no sólo sirvan para fomentarlo, sino también para mejorar otros aspectos, como la educación, la sanidad y los derechos del hombre. Estamos abiertos a todo el mundo y a promover una mejor comprensión de nuestro país'. Wang Wei, secretario del comité de candidatura, fue la voz oficial en ausencia del alcalde de Pekín, Liu Qi, y del presidente de la candidatura, Yuan Weimin. Ambos, como la mayoría de máximos responsables de las ciudades, asistían en esos momentos a una recepción con el presidente ruso, Vladímir Putin, que más tarde abriría en el Teatro Bolshoi la 112ª Sesión del COI, última en la historia de Juan Antonio Samaranch. El discurso emocionado del presidente, al que el estrés tiene al límite de sus fuerzas, fue todo lo diplomático que cabía esperar sobre sus logros y de cómo deja un olimpismo rejuvenecido. Samaranch, que fue condecorado por Putin, agredeció al rey Juan Carlos que le nombrara embajador en Moscú en 1977, tres años antes de su nombramiento al frente del COI, precisamente en la capital rusa

La sorpresa de 1993

Samaranch también espera no llevarse la sorpresa del 23 de septiembre de 1993, cuando el hotel Loews, de Montecarlo, se convirtió en una nube de delegados de Pekín llorosos y asombrados por una durísima derrota, ante Sydney, que esta vez parece impensable, aunque no imposible. Entonces, tras ir ganando en las tres primeras votaciones (32-30, 37-30 y 40-37), los votos de las ciudades eliminadas provocaron el vuelco final. De los siete iniciales de Estambul, cinco se fueron a Pekín, pero de los nueve de Berlín, segunda que cayó, sólo recibió tres, mientras Sydney subió siete, incluso al recoger dos de Manchester, la última eliminada. Los 11 votos de la ciudad británica decidieron: ocho acabaron en la australiana y sólo tres en la china. El 40-37 se trocó en un 43-45.

Para evitar algo así, la estrategia de Pekín ha cambiado hasta en la imagen. Ayer no sólo ganó por goleada en expectación, sino que puede hacerlo hoy en las importantes presentaciones ante unos miembros que esta vez no han visitado las ciudades. Y siguen siendo permeables. La historia olímpica ha estado llena de sorpresas, y si la victoria de Atlanta 96 sobre Atenas fue por el poder de Coca Cola ante la pobreza de la candidatura griega de entonces. El triunfo invernal de la noruega Lillehammer 94 sobre la persistente sueca de Oestersund, en presencia de un petrificado rey Gustavo Adolfo, fue sólo por la brillante presentación de la primera ministra noruega Gro Harlem Bruntland, que encandiló a los miembros. Lo decidieron en ese momento. Esta vez, los gabinetes que asesoran a China, por ejemplo, han conseguido el milagro en el vídeo promocional de presentar un Pekín idílico del futuro, con imágenes del presente en las que nadie se explicaría crítica alguna. Además, siempre están las grandes cifras. Las multinacionales esperan entrar a compartir el gran pastel en una ciudad que tiene un millón de obreros de la construcción, que tendrán que emplearse a fondo con las 22 instalaciones que aún le faltan por hacer.

Aunque los franceses han hecho una discutible encuesta según la cual ganan por dos votos, mucho tendrán que brillar el primer ministro francés, Lionel Jospin, y Zinedine Zidane, que llegó anoche, para convencer de que los Juegos en el corazón de París serán mucho más tranquilos, aunque no dejen una 'herencia única' como en Pekín. Se lo dijo la comisión de evaluación y la capital china ya lo tiene como lema. Obediencia al COI por lo que pueda caer, evidentemente.

El presidente ruso Vladímir Putin levanta el brazo de Juan Antonio Samaranch ayer en Moscú.
El presidente ruso Vladímir Putin levanta el brazo de Juan Antonio Samaranch ayer en Moscú.REUTERS

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