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Bruselas investiga si telefónicas británicas y alemanas pactan precios

Registro sorpresa en nueve compañías de móvil

El problema fundamental reside en las tarifas que cobran las operadoras por el roaming, es decir, por el uso de redes de otros países cuando un abonado viaja al extranjero. Las inspecciones, que se realizaron junto a técnicos nacionales, incluyeron a Vodafone, BT Cellnet, Orange, Deutsche Telekom y One 2 One.

Monti ha elegido esos países para iniciar la investigación sobre esas sospechas porque se trata de dos grandes potencias económicas en las que el uso de móviles está muy extendido, según informó un portavoz de la Comisión, quien agregó que en el futuro se extenderá a otros países. [Alemania es el primer mercado de telecomunicaciones en Europa y en el Reino Unido está radicada Vodafone, propietaria de la española Airtel y líder mundial].

El origen de la investigación es un estudio que Bruselas inició en enero pasado en el que se recoge una extensa comparación entre las tarifas que aplican los operadores y los costes reales del roaming. La comparación se ha hecho para todas las operadoras europeas de móviles.

La Comisión Europea informó horas después de las inspecciones de que los precios del roaming 'no son transparentes para los consumidores, son rígidos y no guardan relación con los costes reales'. La Comisión cree que los precios que tienen que pagar los usuarios están pactados entre las compañías y sospecha que son 'excesivas y discriminatorias' las tarifas que unas operadoras cargan sobre otras cuando sus abonados utilizan redes que no son propias. Bruselas advirtió ayer que la investigación a las operadoras está aún en fase preliminar, y que ahora los técnicos tienen que analizar toda la documentación recogida. Es muy probable, señaló un portavoz, que en las próximas semanas haya otras inspecciones.

El problema con las tarifas de roaming puede resumirse en el hecho de que un abonado a una operadora europea de móviles puede llegar a pagar facturas muy elevadas aunque sólo utilice su teléfono para recibir llamadas. Así, una llamada desde un teléfono fijo español al móvil de un abonado al operador belga Proximus resulta gratuita para quien la recibe si éste se encuentra en Bruselas. Si ese mismo abonado recibe la llamada en Suecia, la llamada la pagan los dos. En este segundo caso, por ejemplo, una llamada de cinco minutos desde España le cuesta 524 pesetas al abonado a Proximus. [Telefónica, Airtel y Amena declinaron hacer comentarios. Deutsche Telekom aseguró que no tiene nada que ocultar y que colaborará con la Comisión.]

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