_
_
_
_
Crónica:Torneo de Wimbledon | TENIS
Crónica
Texto informativo con interpretación

Un ciclón excesivo para Henin

Venus Williams gana su segundo título en la 'catedral' endosando un 6-0 a la belga en el 'set' final

Pocos la esperaban en la final, pero cuando superó, sorprendentemente, a la estadounidense Jennifer Capriati en las semifinales sus expectativas se modificaron de forma sustancial. Justine Henin, de 19 años, permanecerá en la historia de este Wimbledon como la revelación del torneo femenino. Pero nada más. El juego de Venus Williams resultó un torbellino excesivo para la tenista belga. Ni siquiera su revés eléctrico, que ayer volvió a levantar expresiones de admiración entre los 15.000 aficionados que llenaron la central, le bastó para defender sus posibilidades. La estadounidense le concedió una manga, pero acabó devastándola en la última, en la que sólo perdió 10 puntos.

'Te felicito Justine', le dijo luego Venus, de 21 años, tras recoger el trofeo que la acreditaba como campeona. 'Porque con sólo 19 años yo fui incapaz de ganar un set en mi primera final del Grand Slam ', le dijo. Sin embargo, desde entonces Venus Williams ha confirmado todas las previsiones y ayer igualó los dos títulos consecutivos de la única tenista negra de la historia que había ganado en Wimbledon: Althea Gibson, en 1957 y 1958. Sólo ellas dos y Serena poseen títulos de los grandes. Venus ganó ayer el tercero del Grand Slam, tras haberse impuesto el año pasado también en Wimbledon y en el Open de Estados Unidos.

Más información
Wimbledon

'Todo me ha resultado mucho más difícil este año que el pasado', agregó Venus en su parlamento. 'Ahora quería revalidar el título y sentía más la presión'. Y agradeció luego la presencia de toda su familia en la grada, a excepción de su hermana menor. 'Serena', comentó, 'sé que me estás viendo. Te quiero'. Mientras todo eso ocurría, su padre, Richard Williams, desde el palco de jugadores, buscaba con su cámara fotográfica el mejor enfoque posible de Venus. Resultaba hasta cierto punto cómico, porque Venus aparecerá hoy bajo todas las perspectivas.

Pero este hecho no era gratuito. Richard sigue intentando dirigir la carrera de sus hijas con una mano tan férrea como de costumbre, pero apenas lo logra. Durante la quincena de Roland Garros pudo vérsele paseando al perro de sus hijas, más que en la pista entrenando con ellas. Y en Wimbledon, su cámara fotográfica y otra digital se han convertido en sus mejores compañeros. Hace ya tiempo que Venus y Serena se han independizado y viven en su propia casa en Palm Beach, en Florida, donde estudian diseño y moda. El último contrato firmado por Venus con Reebok (40 millones de dólares por cinco años) y los 10 millones de dólares que le acreditó la revista Forbes de ganancias el año pasado, le aseguran el futuro.

Y le dan seguridad. Su familia sigue siendo importante, pero los problemas surgidos entre la madre Oracene y el padre (hubo incluso denuncias de agresiones) han abierto brechas en el clan. Igual que las abrió el primer título grande de Serena (Open de EEUU, 1999) y los tres que ya lleva ganados Venus. Los Williams siguen extendiendo su poder en el circuito, lanzando acusaciones de racismo y exigiendo más dinero a la WTA. Pero en la pista, Venus ha marcado ya distancias respecto al resto de la familia y, en muchas ocasiones, respecto al resto de jugadoras. Ayer volvió a constatarlo frente a Henin.

Venus Williams muestra su alegría tras el triunfo.
Venus Williams muestra su alegría tras el triunfo.REUTERS

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_