Schröder pide a Sharon más flexibilidad en la política de asentamientos
Ben Ami culpa a Arafat del actual bloqueo
El primer ministro israelí, Ariel Sharon, aseguró ayer en Berlín que continúa comprometido con la paz. Sharon, que se encontraba en la primera escala de un viaje que hoy le lleva a Francia, tuvo que escuchar de su anfitrión, el canciller alemán, Gerhard Schröder, una tímida petición de 'más flexibilidad' en el asunto de los asentamientos judíos en territorio palestino.
Schröder, consciente de la delicada relación de su país con el Estado fundado tras el holocausto nazi, precisó enseguida que su sugerencia de mayor flexibilidad era sólo un consejo amistoso, no una petición o exigencia.
'Aconsejamos más flexibilidad en el asunto de las colonias, pero no podemos más que ofrecer un consejo', manifestó el canciller durante la conferencia de prensa conjunta con Sharon. 'La base de todos los esfuerzos de paz en Oriente Próximo debe ser el reconocimiento de los pueblos a decidir por sí mismos y la existencia intacta de Israel', declaró, antes de añadir que 'hay que aplicar de forma inmediata la primera etapa del Plan Mitchell'.
'Estamos preparados para hacer concesiones dolorosas por la paz', afirmó, por su parte, Sharon, quien recordó que 'la condición' para aplicar el Plan Mitchell es 'el alto el fuego completo'.
Por su parte, el ex ministro israelí de Exteriores Shlomo Ben Ami dijo ayer en El Escorial que el comportamiento de Yasir Arafat, con su 'doble lenguaje', ha llevado la situación en Oriente Próximo a un callejón sin salida. Ben Ami asegura que sólo queda una solución: 'Hay que recuperar el espíritu de las propuestas de Clinton de diciembre de 2000, propuestas que forman un paquete de paz que aceptaron EE UU, Europa, Israel, algunos países árabes, y el propio Arafat, que las vio como un cuadro para un acuerdo posible'. Para ello propone 'celebrar una conferencia internacional y que la comunidad internacional imponga este paquete de medidas'.
Respecto a la política interna israelí, Ben Ami explicó que se opuso al Gobierno de coalición y decidió no entrar en él porque no creyó que sirva 'para resolver ninguno de los problemas de fondo'. Y considera poco creíble el supuesto distanciamiento entre Sharon y el laborista Simón Peres. 'No me impresiona', concluyó.
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