Batasuna analiza las consecuencias de la salida de la corriente Aralar de sus filas
Batasuna, la nueva formación de la izquierda abertzale que sustituye a HB, analizó ayer en sucesivas reuniones celebradas en el País Vasco y Navarra las consecuencias que puede tener para este partido la decisión adoptada por los críticos de Aralar de constituirse como fuerza política independiente, a pesar de que la ponencia oficial respaldada en el debate -denominada Bateginez- hubiera reconocido la posibilidad de existencia de corrientes internas, hasta ahora prohibidas.
Batasuna hará hoy pública su postura oficial ante la que es considerada la primera escisión que ha sufrido la izquierda independentista vasca. Sus crisis más sonoras se produjeron con la expulsión de los dirigentes de HASI, a finales de los años 80 en un pulso de poder interno, y a episodios de abandono o retirada, a título personal, de destacados dirigentes. Batasuna no se ha pronunciado aún oficialmente, pero el líder del sindicato abertzale LAB, Rafa Díez Usabiaga, resultó claro al afirmar que Aralar ha tratado de 'hacer daño' a la izquierda independentista.
La separación de esta corriente crítica de la nueva Batasuna está impulsada por históricos disidentes navarros de HB, como Patxi Zabaleta e Iñaki Aldekoa. Su crítica ha incidido en dos aspectos fundamentales: por un lado, la negativa a transigir con la violencia política tras la ruptura de la tregua; por otro, la necesidad de construir una organización política transparente, basada en la figura del militante frente al sistema asambleario tradicional que permite el dirigismo controlado de la organización.
La formación Batzarre, que agrupa a una veintena de electos municipales de Navarra descolgados de EH durante el debate Batasuna tras la ruptura de la tregua por parte de ETA, mostró ayer su optimismo por la decisión de Aralar. Su portavoz, Jesús Urra, saludó a la nueva organización política de Zabaleta y declaró que su decisión 'abre expectativas y puede suponer un punto de inflexión en la construcción de una izquierda vasquista, integradora y disidente desde métodos pacíficos'. Según Urra, entre Batzarre y Aralar existen 'afinidades' claras como una valoración negativa de ETA, el reconocimiento de un ámbito navarro de decisión y la defensa de causas progresistas'.
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