Un colector bajo el antiguo Jardín de Felipe II arruinará un millonario proyecto de rehabilitación

El antiguo vergel, hoy destinado a vivero municipal con 30.000 árboles, está situado en la zona ribereña oriental del río Manzanares, junto a la Puerta del Rey, principal acceso del antiguo bosque real madrileño.

José Antonio de las Heras, del departamento municipal de Aguas y Saneamientos, de la Concejalía de Medio Ambiente, admite que el proyecto de colector ha sido presupuestado en 424 millones de pesetas y que contempla un trazado en superficie que implicaría el traslado del vivero, o la perforación bajo cota, a seis metros de profundidad, que es la opción preferida por el Ayuntamiento.

El ámbito surcado por el futuro colector ocupa tres hectáreas y cruza el río Manzanares perpendicularmente. Se adentra en la zona hortícola, donde crecen miles de árboles de vivero; enfila después por la línea central del antiguo jardín histórico -ideado en el siglo XVI por Gerardo de los Ríos y rediseñado por Juan de Villanueva en el XVIII- a lo largo de unos 400 metros. Luego atraviesa el subsuelo 'donde crecen varios árboles bicentenarios, plátanos y cedros, donde habita una numerosa colonia de cotorras verdes argentinas', precisa el portavoz de Ecologistas en Acción.

Posteriormente, el trazado cruza frente a un conjunto arquitectónico único en Madrid, conocido como Las Grutas, una galería con arcadas renacentistas hundida medio metro respecto al nivel del suelo, con columnas toscanas de basa peraltada. Esta galería, parcialmente rehabilitada hace dos años y hoy en semiabandono, fue obra en el siglo XVII de Gómez de Mora, el mismo arquitecto de la Corte de Felipe III autor de la Casa de la Villa y del palacio de Santa Cruz. Pertenecía la galería a un ala del palacio del prócer madrileño Fadrique de Vargas. La ciudad salmantina de Béjar acoge aún un jardín renacentista de semejante hechura, propiedad en su día del duque mentor de Miguel de Cervantes. Ha sido recientemente recuperado, tras las exigencias ciudadanas y de organizaciones ecologistas.

El proyecto de colector prosigue su ruta hacia el espacio de la antigua Feria del Campo, donde la Empresa Municipal Campo de las Naciones baraja un proyecto de readecuación de toda la zona.

La amenaza de la línea 10 Hace una década, un proyecto encaminado a construir, bajo el mismo espacio que cruzará el colector bajo el antiguo Jardín de Felipe II, la ruta externa de la línea 10 del metro Fuencarral-Aluche, provocó una agria polémica entre el PP y el PSOE bajo la administración autonómica y municipal socialista.

Aquel proyecto fue desestimado por el rechazo tanto de de Ecologistas en Acción como de los vecinos. Entonces, Esperanza Aguirre, a la sazón concejal del PP, amenazó con encadenarse a los árboles del antiguo jardín histórico si el proyecto de tender en superficie la línea 10, sobre el Jardín de Felipe II, prosperaba.

Santiago Romero, director del Servicio Municipal de Parques y Jardines, adscrito a la Concejalía de Medio Ambiente, que dirige el concejal Adriano García-Loygorri, ha declarado a EL PAÍS: 'Mi departamento no tiene nada que ver con ese proyecto de colector, que desconozco por completo'. Romero señala además: 'El Jardín de Felipe II, como tal, hoy no existe. Su espacio está ocupado por unos viveros municipales donde crecen los árboles y arbustos de reposición que mi departamento emplea para el arbolado de Madrid'. Según el responsable municipal, 'hace doce años fue ideado un proyecto de restauración de aquellos jardines, en el que intervinieron expertos de la talla del académico Pedro Navascués. El plan fue evaluado entonces en unos 1.000 millones de pesetas, pero el requisito previo para su aplicación era el desplazamiento a otro sitio de los viveros allí existentes'.

'Mi departamento no renuncia a la recuperación del hoy inexistente Jardín de Felipe II, toda vez que el problema del traslado de los viveros se realice y que sea actualizado el presupuesto previsto entonces', agrega Romero. 'Pero en el caso de que el supuesto colector fuera aprobado', añade, 'debería pasar previamente por la Comisión de Patrimonio Histórico Artístico, una entidad mixta Ayuntamiento-Comunidad, que siempre califica con antelación, y con estudios arqueológicos, cada iniciativa'.