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LA OFENSIVA TERRORISTA

Los etarras hacen estallar siete horas después el coche en el que huyeron

F. Javier Barroso

El coche en el que huyeron los terroristas que colocaron la bicicleta bomba en la calle de López de Hoyos, un Peugeot 405 de color blanco con las matrículas dobladas (correspondiente a otro vehículo de la misma marca y modelo), explosionó a las 15.05 en el barrio de Chamartín. Esta deflagración, que se registró a unos 500 metros del lugar donde se produjo el atentado de ETA contra el general Justo Oreja, no destruyó totalmente el vehículo. Los artificieros hallaron en la parte trasera del turismo una bomba lapa adosada a los bajos.

La policía investiga ahora si se produjo un fallo en el detonador o los terroristas habían colocado un artefacto trampa a los artificieros del Cuerpo Nacional de Policía, según informó el delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Javier Ansuátegui.

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La primera explosión afectó a la parte superior del vehículo, según informaron fuentes policiales. La deflagración afectó a otros tres vehículos que estaban estacionados junto al coche bomba, en la calle de Bidasoa, junto a la calle del Doctor Arce y la plaza de Santa Gema, en la colonia de El Viso. Agentes del grupo de técnicos en desactivación de explosivos (Tedax) acordonaron la zona. También pidieron por altavoces a los vecinos que no salieran de sus domicilios y que se alejaran de las ventanas, porque iban a efectuar una voladura controlada del vehículo. Éste fue robado en marzo en el Camino de Vinateros, en el madrileño barrio de Moratalaz. Llevaba las placas de matrícula duplicadas de un coche registrado en Leganés (Madrid). Las matrículas sobre las que se colocaron los nuevos números y letras fueron sustraídas el 16 de noviembre de 1999, durante la tregua, en Éibar.

Explosión controlada

La explosión provocada por los artificieros del Cuerpo Nacional de Policía se produjo a las 16.52, tras comprobar que el vehículo contenía un artefacto lapa en la parte posterior. Esta deflagración causó un agudo ruido en la zona y sólo afectó a tres ventanas de los edificios colindantes, según confirmó el delegado del Gobierno en Madrid. 'El coche ha quedado totalmente destruido por lo que es difícil saber si han quedado huellas o algún detalle que permita identificar a los terroristas que lo utilizaron. De todos modos, hay que dar tiempo a los investigadores para que puedan trabajar', explicó Francisco Javier Ansuátegui.

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Los tedax investigan ahora si hubo un fallo en el temporizador o en el sistema de explosión del artefacto o los terroristas colocaron un coche trampa. 'El que hayan utilizado un coche para huir nos lleva a pensar que actuó más de un terrorista', reiteró Ansuátegui. El amasijo de hierros en que quedó convertido el Peugeot 405 fue retirado a las 18.45 por una grúa municipal.

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.
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