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DEBATE DEL ESTADO DE LA COMUNIDAD
Columna
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Por segunda o quinta vez

El peso de Andalucía en el Estado es tan grande que las batallas políticas en nuestra región son algo más que batallas autonómicas, aunque no lleguen a alcanzar la dimensión de batallas estatales. Ganar o perder en Andalucía no es ganar o perder en una de las diecisiete comunidades autónomas que integran España. Es otra cosa. Y todo el mundo lo sabe.

Esto es lo que explica la intensidad del enfrentamiento político en nuestra región. En Extremadura en la legislatura 1995-1999 hubo una mayoría 'negativa' del PP e IU similar a la que había en Andalucía en la legislatura de 1994 y, sin embargo, en Extremadura, a diferencia de lo que ocurrió en Andalucía, se aprobaron todos los años los presupuestos de la comunidad autónoma. Desestabilizar el Gobierno socialista de Extremadura para el PP no era prioritario. Desestabilizarlo en Andalucía, sí lo era.

Y en esas seguimos estando. En Andalucía no salimos de la estrategia exclusivamente negativa y de desestabilización institucional por parte del PP. Y por eso es muy difícil que el debate sobre el estado de la comunidad que se inicia hoy vaya a responder a lo que la denominación del mismo indica. El clima en el que se va a debatir no es el clima que ha presidido el debate del estado de la nación en Madrid, sino otro completamente distinto. Clima que va a continuar estando presidido por la operación de acoso y derribo del Gobierno andaluz orquestada por el PP con su incitación al incumplimiento de la Ley de Cajas y que, tras el fracaso de la operación, ha derivado en una estrategia de denuncia de la corrupción, en la que el PP, a tenor de las declaraciones de su Secretario General, Antonio Sanz, pretende centrar el debate.

Tengo la impresión de que el PP se equivoca de nuevo. La última década del siglo pasado ha sido una década de tensión extrema en la vida política nacional en general y andaluza en particular, especialmente después de las elecciones generales de 1993. Pienso que el país está cansado de esa manera de hacer política y que está pidiendo a gritos que el debate no se transforme en un cruce de insultos y descalificaciones. Los ciudadanos quieren asistir a una discusión civilizada a partir de la cual puedan formarse su opinión sobre cómo se está dirigiendo políticamente Andalucía y cómo debería ser dirigida. Es muy difícil que con intervenciones como las de Antonio Sanz estos últimos días esto pueda conseguirse.

'Nada más cuida tus pasos, no vayas a equivocarte por segunda o quinta vez', reza el estribillo de una canción de Paquita la del Barrio que lleva por título 'Mi renuncia'. Creo que la dirección del PP haría bien en escucharla antes del debate.

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