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Philips traslada la fabricación de teléfonos portátiles de Francia a China y elimina 1.235 puestos de trabajo

El grupo holandés Philips dejará de fabricar sus teléfonos móviles en Francia y los hará a partir de ahora en China, en asociación con la empresa China Electronics Corporation, que fabricará los aparatos de la marca holandesa. Un total de 1.235 empleos serán suprimidos por esta causa en Francia, la mayoría en la ciudad de Le Mans. La decisión contribuye a empeorar el clima de malestar social que se vive en este país y por el momento no ayuda a mejorar la cotización de Philips, que perdió ayer un 6,8% en la Bolsa de París.

Con sólo un 10% de cuota de mercado en teléfonos GSM -la norma europea actual-, los analistas consideraban improbable que Philips pudiera mantener la rentabilidad de esta actividad. Anteriormente, el francés Alcatel y el sueco Ericsson ya habían subcontratado sus producciones.

Philips confía en la potencialidad del mercado chino, que crece a un ritmo anual del 50% a partir de tasas de usuarios todavía muy bajas. La dirección del grupo espera reducir 'drásticamente' los costos, sin perder por ello su marca en el mercado, así como sus dispositivos de investigación y desarrollo -casi 300 ingenieros y técnicos serán adscritos a la empresa coparticipada con la compañía china- y las redes de distribución y venta.

Un punto de vista completamente distinto es el de los trabajadores de la fábrica de Le Mans, que acusan a la empresa de haberse beneficiado de las subvenciones estatales y regionales que les fueron ofrecidas para instalarse y que, según los sindicatos, ascendieron a 124 millones de francos (3.100 millones de pesetas). 'Cuando han dejado de recibir esos fondos, se marchan', afirmó Danièle Racine, delegada del sindicato CGT, no sin reconocer el estancamiento que se ha producido en el mercado de móviles. La identificación de las personas que van a ser despedidas se espera para después del verano, pero los sindicatos se muestran decididos a resistir.

A su vez, centenares de empleados del grupo británico Marks and Spencer se manifestaron ayer por el centro de París, coincidiendo con el primer día de las rebajas de verano, para reclamar el pago de una prima rechazo al cierre anunciado de los 18 almacenes de la empresa en territorio francés.

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