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AJEDREZ | FESTIVAL DE MAINZ

El sistema Fischer

Adams y Leko disputan desde mañana el primer duelo en la élite de una modalidad revolucionaria

Es la primera prueba de fuego para una modalidad promovida por el excampeón Bobby Fischer, aunque inventada antes, con el fin de inutilizar los libros de teoría y los programas informáticos. La posición de las piezas en la primera fila se sortea unos minutos antes de cada partida. El británico Michael Adams, 4º del mundo, y el húngaro Peter Leko, 7º, disputan desde mañana en Mainz (Alemania) un duelo sin pronóstico a ocho partidas.

“En esta variante del ajedrez, la creatividad y el talento serán más importantes que la memoria y el análisis”, auguró Fischer el 19 de junio de 1996 durante una conferencia de prensa en Buenos Aires. El filipino Eugenio Torre y el argentino Pablo Ricardi asistieron al acto con la intención de enfrentarse en esa modalidad unas semanas después, pero el duelo fue cancelado por las desavenencias de Fischer con la organización.

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Página del Festival de Mainz:

Ciertamente, el gigantesco desarrollo de la teoría de las aperturas (primeros movimientos), con decenas de miles de libros publicados y modernas bases de datos que contienen dos millones de partidas perfectamente clasificadas, hacen que disminuya la influencia del arte. A menudo, las primeras quince o veinte jugadas de una partida de alta competición se hacen de memoria, si bien debe resaltarse que ello alumbra el factor científico del ajedrez: se trata de mejorar cada vez la teoría conocida con nuevas ideas. Por otro lado, se ha llegado a sostener que el número de jugadas posibles en una partida es mayor que el número de átomos del Universo, lo que da una idea –aunque esa afirmación fuera inexacta- del inmenso margen de investigación que todavía queda.

El objetivo de inutilizar los programas informáticos de ajedrez es mucho más cuestionable, como se vio en la última edición del Festival de Francfort (ahora trasladado a Mainz, a 25 kilómetros), cuando al jugador de silicio ‘Fritz’, derrotó por 2-0 al alemán Artur Yusúpov. Es evidente que una máquina siempre se adaptará más fácil que un ser humano a la nueva modalidad. Los ajedrecistas de carne y hueso desarrollan su intuición sobre la base de unos esquemas de posiciones que han practicado y analizado durante toda su vida; buena parte de esos conocimientos sirven de muy poco en el sistema Fischer hasta que la partida avanza lo suficiente para que la posición resulte similar a la del juego clásico. Por el contrario, a una computadora le da igual que la posición inicial de las piezas difiera mucho de la habitual. Pero también es cierto que el sistema Fischer agranda todavía mucho más las posibilidades de un juego que ya es imposible dominar o memorizar por completo en su variante clásica.

El sorteo de las piezas, que el árbitro realiza inmediatamente antes de que empiece cada partida, está condicionado: una de las torres debe estar en el lado izquierdo, y la otra en el derecho; un alfil debe circular por casillas blancas, y el otro por las negras; las normas del enroque se mantienen en su esencia. La posición de los dos ejércitos debe ser simétrica; pero, a pesar de ello, hay 960 posiciones iniciales distintas: la clásica, y otras 959.

El pronóstico es, en este caso, tan aleatorio como la modalidad. Leko la practicó con Fischer en Budapest hace algunos años, durante el periodo de estrecha amistad entre ambos. Pero Adams, quien carece de experiencia en esta variante, se ha distinguido siempre por su virtuosismo para comprender posiciones raras. Lo único garantizado es el disfrute del público: Adams y Leko actuarán como teloneros de los dos campeones del mundo, el indio Viswanathan Anand y el ruso Vladímir Krámnik, quienes disputarán (también desde mañana) un duelo a diez partidas en la modalidad clásica, pero con sólo 25 minutos para cada jugador.

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