_
_
_
_
_

El presidente de La General dice que la nueva sede simboliza la autonomía

Rodríguez insiste en la necesidad de reducir el número de empleados

El presidente evitó pronunciarse sobre la fusión de las cajas San Fernando y El Monte. Sin embargo, sobre el futuro próximo de la Caja de Granada, Rodríguez manifestó que esta entidad 'está abierta a colaboraciones con otras entidades', pero siempre 'con un proyecto propio'.

Los objetivos de la Caja son el crecimiento económico igual o superior al de la mitad de la última década, que ha permitido la construcción del nuevo edificio; pero con un control de gastos de explotación que permita bajar del 6 o 7% al 2 o 3% que sostienen la mayor parte de los bancos españoles, según explicó el presidente.

Por lo pronto, este edificio proporcionará a la entidad un ahorro energético del 30%, pues una de sus principales cualidades es que permite el acceso de una gran cantidad de luz natural a través de los doce lucernarios de más de tres metros de diámetro que hay en la cubierta. A ello se debe el nombre de este proyecto, del arquitecto Alberto Campo Baeza, Impluvium de luz.

La obra, que ha durado algo más de dos años, ha costado a la Caja 4.000 millones de pesetas que han sido amortizados y, por tanto, 'no pesarán en la cuenta de resultados', según Rodríguez. La reubicación en este amplio edificio de 25.327 metros cuadrados construidos ha permitido a la entidad de ahorros vender 13 edificios de su propiedad, lo que le ha reportado ingresos equivalentes a 2.500 millones de pesetas.

El nuevo edificio se sitúa en la salida sur de la ciudad, lo que, según Rodríguez, permite una mayor conexión con el área metropolitana de Granada, que es equivalente a la población de la capital.

Las 3.200 toneladas de acero y las 58.000 toneladas aproximadas de hormigón armado con los que se ha construido el edificio dan a este edificio, con apariencia de enorme cubo, un 'aspecto frío' en su exterior, según admitió el propio presidente, quien explicó que 'lo mejor de este inmueble se encuentra dentro'.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

El atrio interior tiene cuatro inmensas columnas de más de tres metros de diámetro y 30 metros de alto, que parten una amplia estancia cuyas paredes están recubiertas de alabastro.

Para el arquitecto, esta construcción es 'un sueño que no era fácil llevar a la realidad'. Se trata de una arquitectura 'sobria, eficaz y abierta al futuro', muy apropiada, a su juicio, para ubicar una sede bancaria. Sin embargo, afirmó que el material principal empleado, la luz, no lo mueve el dinero, pues es gratuito.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_