_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

AVL 1-Intolerancia 0

No soy aficionado al fútbol, pero no he sabido encontrar nada mejor que el símil futbolístico para tratar de expresar lo que es, en mi opinión, la situación actual. Hace unos días acabó el primer partido. Por fin, las Cortes Valencianas han aprobado la composición de la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL). Ahora, como corresponde, algunos se pondrán medallas, otros, como mi amigo el profesor Franch, recuerdan a los precursores, como mi padre, y dicen aquello de 'misión cumplida', y otros, los que nos dejamos jirones de nuestra piel en el intento, pasaremos al olvido. En cualquier caso, antes de volver definitivamente al anonimato, quiero recordar y saludar desde aquí a mis compañeros de tantos días y tantas noches de negociación, duros adversarios políticos y sin embargo amigos, Francisco Camps y Joaquín Calomarde, sin cuyo trabajo, hoy, el equipo (la AVL) simplemente, no existiría.

Pero hablemos de fútbol, que es como habíamos empezado. Creo que lo primero que tienen que saber los jugadores de un equipo es quién es el contrincante. En este partido, cuya primera parte se jugó en el Consell Valencià de Cultura (CVC), fue evidente desde el principio que el contrincante no era el catalán, ni siquiera el castellano. El contrincante era éste (citaré las fechas, pero no los periódicos): 'No consentiremos que nadie pacte' (31.01.98); 'EU: burrada sin parangón' (23.04.98); 'Los consejeros de EU abandonan la reunión y cuestionan su utilidad' (26.06.98); 'Mientras quede un valenciano en pie...' (14.07.98); 'Los vocales del CVC salen en furgón policial ante los ataques del GAV' (14.07.98). Algunos eran personales, 'Diputados socialistas cuestionan la idoneidad de Sanchis-Guarner para el CVC' (11.12.97); 'Los vocales de la izquierda en el Consell de Cultura aíslan a Sanchis-Guarner' (13.05.98); 'Vosté s'en fot de la memòria de son pare' (27.05.98)... El equipo contrario era la intolerancia, y, a veces, su padre: el fascismo. A esos, les hemos ganado.

Pero, como todo el mundo sabe, ganar un partido no es ganar el campeonato. Ahora tenemos el equipo (la AVL) y, más o menos, hemos marcado el campo (El pacto por la lengua). Lo hemos marcado mal, porque nos hemos olvidado de algo tan básico como homologar los títulos que acreditan el conocimiento de una de las tres variantes regionales de nuestro idioma común, pero eso, siendo grave, tiene arreglo. La vida sigue y tiempo habrá de emitir el decreto correspondiente.

Con equipo y campo ya podemos empezar a jugar. El juego político no se hace sólo con pactos y leyes. También se hace con gestos. Ahora es cuando tenemos que ver al Presidente de nuestra Generalitat hablar públicamente en valenciano como norma y no como excepción. Y, por debajo de él, todos. Consejeros, directores de organismos públicos, etc. Es fácil: otros líderes de la derecha lo hacen y no pasa nada. Fraga habla gallego, Ibarretxe habla euskera... No pasa nada. Y, si vamos a hablar de leyes y de pactos, creo que el Pacto de la Lengua es un buen pacto. Cúmplase. Y si no se cumple, que la oposición proteste con fuerza. Ese es el partido que yo, como contribuyente, creo que tengo derecho a ver.

Y, como hacen todos los aficionados al fútbol, tengo que criticar la alineación de mi equipo, la AVL. Ésta no es la lista que yo, como aficionado, hubiera hecho. Según he leído en la prensa, alguien ha tratado de justificar su composición aduciendo que en las Academias de Medicina todos son médicos. Aparentemente, sus limitados conocimientos sobre la materia le impiden saber que son médicos de distintas especialidades, con puntos de vista muy diversos sobre la Medicina con mayúscula. Y eso es, precisamente, lo que le da a la Academia su riqueza. Si todos tienen la misma especialidad, no forman una academia, sino un instituto. Y de eso, ya teníamos.

Si la lengua es, además de una asignatura, una seña de identidad, y un patrimonio vivo y cambiante, es imprescindible, en mi opinión, que en una Academia de la Lengua haya, por lo menos, tantos creadores de lengua como estudiosos de la misma. Los filólogos no crean lengua. La estudian, y, como mucho, la limpian y la fijan, pero no la crean ni le dan esplendor. Y en esta Academia hay pocos creadores: un novelista, un dramaturgo, algún poeta y algunos ensayistas. Todos los demás son, básicamente, o técnicos o políticos. Por ejemplo ¿por quién están representados los periodistas, importantes creadores de lengua?

Además, se han olvidado por completo de los lenguajes técnicos. ¿Es que no existe un lenguaje valenciano científico? ¿Por qué no está el profesor Lapiedra, catedrático de Física Teórica, en esa lista? ¿Tampoco hay valencianos médicos? Los que escribimos cosas de Medicina en valenciano sabemos los graves problemas de léxico que tenemos. ¿Por qué se han olvidado del profesor López Piñero? Entiendo que cuando se tienen que repartir cupos pasan estas cosas, pero, a lo mejor, tenían razón los que pensaban que esto había que hacerlo más despacio. Es para quince años. Toda una vida.

En cualquier caso, en este cuento, es evidente que yo soy un simple aficionado y las listas de verdad no las hacen los aficionados, sino los entrenadores. Sólo me queda, antes de desaparecer por el foro, desear a los jugadores (de la AVL) larga vida y abundantes éxitos.

Manuel Sanchis-Guarner Cabanilles es miembro del Consell Valencià de Cultura.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_