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Reportaje:

Consejeros infantiles en un mundo de adultos

Galapagar constituye un organismo con chicos de 10 y 11 años para que aporten ideas destinadas a mejorar el municipio

Galapagar. Municipio de 25.000 habitantes; 4.000 de ellos, menores de 12 años... y con mucho que decir. Para que se les tenga en cuenta, el Ayuntamiento acaba de constituir el Consejo de los Niños, un organismo con 16 miembros en el que los más pequeños aportan sus ideas para hacer de su pueblo un lugar más amable en el que vivir. Se trata del segundo municipio de la región, después de Móstoles, que ha puesto en marcha este proyecto, iniciado hace más de una década por Francesco Tonucci, psicólogo del Centro Nacional de Investigaciones de Roma, en Fano (Italia), su pueblo natal.

'Pensaréis que está pasando algo muy raro cuando los mayores han decidido pediros consejos', advirtió hace unos días Tonucci, durante la sesión constitutiva del Consejo de Niños. 'Y efectivamente es así: las ciudades surgieron para que la gente se ayudara, pero hoy ocurre lo contrario; en nuestras ciudades se vive mal, las calles son peligrosas, y sois precisamente vosotros los que pagáis el miedo de los adultos y no podéis salir', dijo tras pedir disculpas a los presentes en la sala por dirigir sus palabras a los más pequeños.

El psicólogo italiano, que prefiere el calificativo de 'niñólogo', descubrió hace 15 años una 'nueva enfermedad' que padecen los más pequeños del mundo civilizado. 'Se llama soledad. Los niños están más solos que nunca, apenas tienen hermanos, y las ciudades donde viven no presentan muchas facilidades para que se encuentren en la calle para jugar', aseguró. 'Por eso pensé que la única manera para curar esta enfermedad es que los niños puedan salir de su casa y encontrarse con sus iguales para jugar, como hemos hecho todos cuando éramos pequeños', remató Tonucci.

Propuesta 'revolucionaria'

Los 16 consejeros, que han sido elegidos por sus compañeros de clase, miraban atónitos al psicólogo, que les incitaba a colaborar en esta 'propuesta rara y revolucionaria'. 'Todos sentimos que el cambio es necesario en las ciudades, que parecen estar diseñadas únicamente para los más fuertes, pero nadie parece dispuesto a cambiarlas. Por eso hemos decidido pediros consejo a vosotros: para que nos ayudéis a cambiarlas', zanjó el italiano.

A ellos les exigió coraje: 'Tenéis que pedir con valor y sin miedo, defendiendo lo que es justo'. Al alcalde, el socialista Manuel Cabrera -que recibió por sorpresa un pequeño rapapolvo por la ausencia de una señal en sus calles que indique que niños y coches pueden convivir-, también le pidió valor. 'Cuando los niños entienden que esto es verdad empiezan a pedir en serio, y es cuando hay que demostrar que estamos en un proyecto serio', le indicó Tonucci.

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Los jóvenes consejeros, que venían cargados de nuevas ideas para la ocasión, han estado preparándose durante unos tres meses para ir entendiendo poco a poco en qué consiste su misión y la seriedad del asunto. Y fueron subiendo uno a uno al escenario del Centro Cultural La Pocilla para ir haciendo sus propuestas, mientras el alcalde iba apuntando, bolígrafo en mano y con gran solemnidad, cada una de las sugerencias que recibía.

La entrada fue fuerte. 'Queremos que entierren las líneas de alta tensión y que arreglen los parques', dijo Roberto García tras ponerse de puntillas para llegar al altavoz. 'Queremos terrenos llenos de arena para que los perros hagan sus necesidades', añadió Mercedes Sosa. 'Queremos fuentes de agua potable y lugares con mucho espacio para jugar', continuó Laura Martín. Y Diego Martínez, al que todavía no le ha salido bigote, señaló: 'Queremos más tiendas de ropa'. Y Laura Gonzalo: 'Queremos más comercios y más aparcamientos'.

El alcalde acepta el reto

'Tenemos un nuevo órgano de participación. Y aceptamos el reto. Soy consciente de que no va a ser fácil, máxime ahora que estamos en un proceso de cambio. Hay que generar espacios para la convivencia y el juego, y esa pelea no debe ir contra nadie', declaró el regidor. Cuando se bajó del estrado puso un ejemplo: 'Ahora estamos viviendo un cierto malestar en el pueblo. Acabamos de peatonalizar la plaza, y es una decisión que al principio ha creado mucho conflicto y discusión'.

Los niños se reunirán -como ocurre en Móstoles, en los ocho municipios de Barcelona y en el de Valencia donde se ha puesto en marcha este proyecto- una vez a la semana, divididos en comisiones para afrontar los distintos asuntos que les afectan, y las decisiones finales las llevarán cada 20 días al pleno del consejo. No estarán solos. Contarán con la supervisión de Acción Educativa, la asociación de los movimientos de renovación pedagógica que coordina el proyecto.

El nuevo consejo recibirá en breve un encargo del alcalde para que estudie un problema concreto del municipio y piense en posibles soluciones. 'Esto no quiere decir que vayamos a hacer lo que dicen los niños sin más. Presentarlo así sería una patochada y nos haría perder toda la credibilidad', recalcó Cabrera, quien se mostró convencido de que la sangre joven es buena para mejorar.

Uno de los niños que forman parte del consejo interviene durante la sesión constitutiva.
Uno de los niños que forman parte del consejo interviene durante la sesión constitutiva.SANTI BURGOS

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