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Columna
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La parejita

Santiago Segurola

Los Lakers han dado la razón a aquellos que todavía dan preponderancia al talento sobre cualquier otra cosa: es el único equipo que tiene a dos de los mejores diez jugadores de la NBA-O'Neal y Kobe Bryant-, y se lo ha hecho saber a todos sus rivales... Ninguno podía oponer un armamento de tanto calibre frente a un equipo que sólo ha perdido un encuentro -ante los Sixers en el primer partido de la serie final- desde el día 1 de abril, fecha de su derrota frente a los Knicks... La impresionante cabalgada pone de manifiesto algunas cuestiones indiscutibles: O'Neal es el hombre más determinante de la NBA, y los Lakers lo aprovecharon a modo durante las finales, cargando el juego hacia él obsesivamente: era canasta, falta personal o un pase al jugador libre, gente como Fisher o Horry, que han hecho una sangría con sus triples... Kobe ha bajado sus números -fenomenales por otra parte: 26 puntos, ocho rebotes y seis asistencias de media- pero era eso lo que pedían sus críticos: más generosidad y mayor implicación en el juego colectivo... Fisher, Horry y Lue han cumplido perfectamente con el papel de francotiradores en el famoso sistema que tanto éxito le dio a Phil Jackson en los Bulls... A Jackson no se le tiene por un táctico, pero la realidad demuestra que conoce todos los rincones del juego: estuvo más activo en la petición de tiempos muertos para corregir defectos, y cada una de sus correcciones tuvo un éxito inmediato frente a los correosos Sixers... Pero, sobre todo, estos Lakers han dado una lección defensiva, justo aquello que más se les cuestionaba, sin que se resintiera el juego de ataque: anotaron 100,6 puntos de media durante la temporada, los mismo que en la serie final con los Sixers, y concedieron 93,8 puntos frente a los 97,2 de la fase regular... Lo mejor fue la capacidad de Fisher y Lue para negar la pelota a Iverson... Cuando el pequeño genio de los Sixers recibía, lo hacía generalmente en el sitio que más le disgusta: en la línea de fondo, con poco espacio para moverse y con la visión limitada... ¿Le falta algo a los Lakers? Lo que le falte quedará enmascarado por la tremenda calidad de O'Neal y Bryant, pero es evidente que Horace Grant está en las últimas y que no les vendría mal un dos metros capaz de anotar entre 12 y 15 puntos con pocos lanzamientos -no hay más pastel para repartir- y con facilidad para mover la pelota como quiere Jackson... O sea, alguien como Wally Szczerbiak.

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