El Atlético arde en el infierno
Un maravilloso Rivaldo clasifica al Barça para la Liga de Campeones y deja fuera al Valencia - El Oviedo desciende a Segunda y el Celta logra plaza en la UEFA - El Betis y el Tenerife regresan a Primera
La Segunda más fascinante en muchos años se cerró ayer con olor en chamusquina en el Atlético y miles de confetis en Tenerife y Sevilla. Todos hicieron sus deberes y ganaron a domicilio, pero los madrileños arrastraban demasiados borrones desde principios de temporada. De nada les sirvió que su ejemplar hinchada inundara las gradas de Getafe y Leganés: el Atlético arderá otro año en el infierno, con el futuro de Jesús Gil -que ayer tuvo que salir escoltado del Alfonso Pérez- muy enredado y con un centinela rutilante en el banquillo, como Luis Aragonés. El Betis y el Tenerife, que han pasado la mayor parte de la travesía en cabeza, resistieron heroicamente el empuje del Jaén y el Leganés, dos plazas repletas de adrenalina en contra, y provocaron una explosión de júbilo en sus respectivas ciudades, que pasaron una noche de fiesta por todo lo alto. Al revés que en Santiago de Compostela, donde el equipo que preside Caneda fue tragado por la Segunda B a costa del Elche, que respiró a última hora.
Resuelto el drama de la Segunda, la Primera dejó un nombre propio: Rivaldo. El brasileño, que ya había anunciado algo grande, marcó tres goles -el tercero, en el último minuto, estratosférico- y sacó un billlete para el Barça en la próxima Liga de Campeones. El público azulgrana lo celebró por todo lo alto, con invasión de campo incluida al final de una temporada tan aciaga. La algarabía culé contrastó con la tristeza del Valencia, que tras dos finales de Champions consecutivas la próxima temporada se tendrá que conformar con el aperitivo de la UEFA, donde le acompañará el Celta. Pobre final para Héctor Cúper, el incomprendido técnico argentino que deja el club rumbo a Italia, un torneo tan volcánico como el español.
Las lágrimas también corrieron en Asturias. Antic de nuevo se dio de bruces con Luis Aragonés. Ironías del destino: la pasada temporada al Atlético del serbio le empujó a Segunda el Oviedo del de Hortaleza; ayer, el sabio madrileño, al frente del Mallorca, despidió al Oviedo de Radomir. Después de trece temporadas consecutivas en Primera, los asturianos se vieron superados por Osasuna, que tras todo un jercicio flirteando con el descenso remontó en el tramo final. Ayer ganó en Anoeta y hubo chupinazo en Pamplona.
También hubo galas en el Santiago Bernabéu, donde se despidió Sanchis con todos los honores. El eterno capitán dijo adios y con él se cerró la era de la Quinta del Buitre, una de las más lustrosas de la historia del fútbol español.
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