_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Acadèmia con vistas al Sur

Los intelectuales y eruditos que participaban en la ceremonia del dry martini, la noche del jueves, se marcaron un brindis por Eduardo Zaplana y Joan Ignasi Pla, cuando alguien les sopló que iban a cerrar el trato, después de varios años de doctrina con pastas, descalificaciones, intrigas y consumiciones en el bar de las Corts o en el del Hotel Inglés. Y como el Sur más que una periferia de tercera, es una melopea en endecasílabos, se descorchó otra frasca de Sapphire con todo su genio: desde la Accademia Naturae Curiosorum hasta la Acadèmia Valenciana de la Llengua, que tampoco anda a la sopa, en materia de curiosidades y adherencias florecidas. Pero lo que cuenta ahora es que la cosa se ha desprendido de la martingala política y aunque todavía luce los pelos de la dehesa parlamentaria, el instrumento ya está ahí, en un ámbito más propicio, y dispuesto a solventar en la práctica de la razón, conflictos y discrepancias. No es un instrumento totalmente científico, que aún se le ven servidumbres y peajes, pero es un paso adelante, una intentona de recuperar la cordura dinamitada en aquella loca Batalla de Valencia. Habrá que saludar, pero con moderación y cautela, su comparecencia en un escenario tan podrido como desolado, por los encarnizamientos lingüísticos y por las virulentas razzias, que se desencadenaron y espolearon, desde los cuarteles de un partido centrista que no tuvo empacho alguno en gasear este País, para mantenerse en el podio.

El feliz acontecimiento se consumó, en medio de parabienes, abrazos y aplausos, en un pleno extraordinario de las Cortes, con la elección formal de los 21 académicos -más que de sobra consensuados y pactados- de la AVL. Sólo seis señorías se abstuvieron con su voto en blanco: los 5 parlamentarios de EU, que en un principio se oponían, más otro que se atribuye a la socialista María José Mendoza. Muchas cabezas han rodado, en negociaciones y zancadillas, y algunas tienen la cuchilla en el pescuezo - veremos cómo termina, mañana mismo, Tarancón, en el cara a cara, con Zaplana. De los académicos se puede decir que hay de todo: desde los que se ajustan a las condiciones exigidas, hasta los que las incumplen manifiestamente; desde los unionistas o unitaristas o sea los que defienden la unidad de la lengua, que son mayoría, hasta los llamados secesionistas, como el veterano poeta Xavier Casp, que sin capitular, ya no lo tiene nada claro. El President Zaplana y el secretario general del PSPV, Joan Ignasi Pla, han sellado una crisis y no se les debe regatear méritos. Han jugado sus naipes con sagacidad y firmeza, y, bajo los focos, recogen las aclamaciones de casi todo el personal. Por la penumbra, desfilan discretamente otros protagonistas que también han hecho posible este momento ¿histórico?. Muchos de ellos tomaron la salida de un maratón lleno de obstáculos, algunos, como Ramón Lapiedra, han llegado hasta el final, en un silencio que no ensombrece su eficacia.

Es prematuro vaticinar nada acerca de la AVL. Sin duda, los académicos son conscientes de sus responsabilidades y de las expectativas que van a levantar a cada paso. Todo este esperado proceso, se ha seguido desde Catalunya, sin injerencias, pero con mucha atención y más interés. Y desde el Sur del País, con cierta perplejidad y escepticismo. Un miembro correspondiente de la ceremonia del dry martini clavó el nuevo panorama así: la Acadèmia Valenciana de la Llengua está bien, pero sin pasarse. No es más que el escaparate. Lo que tiene miga es la trastienda, es decir, el Pacte pel Valencià. El Pacte pel Valencià, incluido en el acuerdo sellado por ambos dirigentes, y ratificado consecuentemente por las Corts. A pesar de los recortes del President, es de una carga tremenda. Joaquim Puig se ha percatado y pedirá una comisión parlamentaria para su estricto cumplimiento y observación. La vieja Llei d´Ús i Ensenyament del Valencià, en todo su recorrido, puede arramblar con muchas posturas cerriles. Así sea.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_