Homenaje a Valor por el agravio municipal

Ante la pasividad de la alcaldesa Rita Barberá y del equipo de Gobierno del PP en el Ayuntamiento de Valencia a la hora de inaugurar la calle recientemente dedicada a Enric Valor, los familiares del prestigioso escritor y lingüista nacido en Castalla en 1911 y fallecido en enero del año pasado, los partidos progresistas, la Universidad de Valencia y varias personalidades del mundo de la cultura asistieron ayer al homenaje organizado por la Asociación de Vecinos de Campanar. Fue un sentido recuerdo con caracteres de desagravio.

Según se explicó ayer en la inauguración oficiosa de la calle, el agravio del callejero de la ciudad de Valencia con el que el Ayuntamiento ha solventado las numerosas reclamación de dedicar calles a personalidades como Valor o el cantante Ovidi Montllor, se perpetró al instalar las placas en vías públicas poco o nada representativas y sin que mediara un acto oficial de reconocimiento del consistorio a estas personalidades. De nada han servido las quejas efectuadas durante el último mes, en las que se comparaba la avenida de 200 metros dedicada a Pío Baroja con la vía pública sin números consagrada al escritor que recibió el Premi de Les Lletres Valencianes (1985), el Premi de les Lletres Catalanes (1987) y ha sido nombrado honoris causa por las universidades de Valencia, de Alicante, Politécnica, Jaume I de Castellón y de las Islas Baleares.

Una actitud del PP que también ha recibido las críticas de los portavoces de la oposición municipal, Ana Noguera, del PSPV, y Antonio Montalbán, de EU, que acudieron al acto junto a otros ediles socialistas, el concejal del grupo mixto, Manuel Ibáñez, miembros del Bloc, entre ellos Ferran Puchades, y varios diputados autonómicos.

También intervinieron el rector de la Universidad de Valencia, Pedro Ruiz, el escritor Alfons Cervera y varios miembros del Consell Valencià de Cultura. El hijo del escritor, Enric Valor i Hernández, asistió al homenaje con otros miembros de la familia. Tras la presentación del acto por parte del presidente de la asociación vecinal, Eduard Pérez i Lluch, varios niños y jóvenes leyeron fragmentos de la obra de Valor. El desagravio al lingüista concluyo con cantos, danzas y música de dolçaines.