El Banco de España reclama reformas en el mercado laboral
Caruana plantea liberalizar precios regulados
En el discurso que acompaña al informe anual del Banco de España, Caruana hace una valoración positiva de la situación de la economía española, a la que considera 'en condiciones de seguir una senda de expansión en torno al 3% en los próximos años'. Añade, como ha insistido el Gobierno en los últimos días para justificar en parte el problema de la inflación, que ese crecimiento es 'superior a la media de la zona euro'.
Sólo algunos 'desequilibrios incipientes' observados el pasado año ensombrecen el optimismo del gobernador. Se trata del diferencial de precios con los demás países del euro, la escasez de ahorro, la pérdida de intensidad del proceso inversor y el aumento de la necesidad de financiación de la economía. Pero son problemas debidos a que España va por delante en crecimiento económico y están en vías de solución.
Pese a este suavizado diagnóstico, Caruana plantea soluciones drásticas. Sobre todo, la que suprimiría las cláusulas de revisión salarial; es decir, el mecanismo por el que se compensa la desviación de la inflación. Explica que la inflación debe tender a tasas 'más bajas y próximas' al 2% establecido por el Banco Central Europeo y advierte del peligro de que las cláusulas de revisión salarial -'inexistentes en la mayoría de los países europeos'- retrasen 'la desaceleración prevista de los precios' y penalicen el crecimiento económico y del empleo.
El informe anual del banco, difundido ayer, incide en este aspecto aunque explica que el pasado año, con una inflación del 4%, los salarios pactados en convenio aumentaron un 3,3%, incluidas las cláusulas de revisión. Y dice también que el problema fue mayor en el sector público, ya que la remuneración por asalariado aumentó el 3,5% en la economía de mercado y el 4% en la Administración 'por los elevados deslizamientos'.
Desempleo y movilidad La recomendación del Banco de España se hace pública en el momento en que los agentes sociales se encuentran atascados en el proceso de diálogo para la reforma de la negociación colectiva. Y aporta algunas ideas que coinciden con las expresadas públicamente por el vicepresidente segundo y ministro de Economía, Rodrigo Rato. Por ejemplo, ajustar los salarios a la productividad y abandonar su indiciación; que la negociación colectiva se separe del ámbito sectorial; que se promueva la renovación de convenios para partir de cero en los derechos laborales 'en circunstancias distintas de las actuales'; o analizar si las prestaciones por desempleo desincentivan la movilidad geográfica de los parados. Existen también problemas de falta de competencia en algunos sectores cuya descripción coincide con la planteada por la patronal CEOE en un reciente informe sobre la inflación. Hay que agilizar los trámites administrativos en sectores como el suelo o la apertura de grandes superficies y la concesión de licencias y hay que fortalecer los órganos de defensa de la competencia y ampliar sus funciones (no entra en el espinoso tema de la independencia).
También dice que hay que liberalizar algunos precios regulados en mercados 'en los que hay suficientes operadores' (distribución de libros, farmacias o estancos); y hay que vigilar el grado de concentración en la producción y la distribución, así como hacer un seguimiento 'exhaustivo' de la efectividad de las medidas liberalizadoras de hace un año.
En la política fiscal, el gobernador insiste en que el equilibrio presupuestario es positivo y alienta a que 'cualquier margen adicional que la política presupuestaria pueda tener se utilice para mejorar el saldo de las finanzas públicas'; es decir, que si hay exceso de ingresos se destine a reducir el déficit o aumentar el superávit. Pese a la revisión a la baja del crecimiento económico (del 3,6% al 3,2%), el Banco de España cree que hay margen para lograr el déficit cero.
Caruana critica, por otra parte, algunas modas en las grandes empresas que cotizan en Bolsa y actitudes de los mercados financieros por su efecto en el recalentamiento -'prociclicidad', dice Caruana- de la economía. Por ejemplo, la 'visión cortoplacista del valor para el accionista'; la 'tendencia de los agentes a sobrerreaccionar a los cambios en el entorno' o 'su inclinación a comportarse ocasionalmente de forma gregaria'. Y explica que corresponde a las autoridades reguladoras introducir reglas que no promuevan estas actitudes.
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