'Con 'victorinos' así, no se libra ni Esplá', dice Ramírez
La tarde transcurría, se iba y allí pasar, lo que se dice pasar, pasaba poco. 'Recuerdo otra corrida de Beneficencia peor. En el 94. Además me tocó en el sol. En mi vida he sudado tanto', decía un aficionado. Al lado, otro, también en el tendido 2, enseñaba una cicatriz aún más profunda. Y no era el ombligo. 'Peor que esto... no sé, las colleras'. Y así, toro tras toro, comparando ansiedades.
'De victorinos así, no se libra ni Esplá', dice Alberto Ramírez. Éste no se aburrió. Al revés, de su primera corrida extraordinaria ('la más importante del año', se leía en el programa de mano) sacó en claro una 'cornadita en la rabadilla y una brecha en la cabeza', en sus propias palabras. Es más, la terna entera salió con mínimo un revolcón cada uno.
'Lo extraño', continúa un Rafael de Julia que también se estrenaba en cita tan importante y con ganadería tan notoria, 'es que ni un toro ha humillado. Lo normal en este hierro es que vayan con la cabeza metida en la muleta, pero hoy [por ayer] nada'. Encabo es de diferente opinión. Él, el más placeado de los diestros, sí que se empeñó en sacar provecho de sus morlacos. 'Ha sido una corrida atípica, pero muy variada y con toros muy interesantes', dice y presenta como prueba su segundo: 'Aguantaba tres muletazos y luego se revolvía. Quizá ha faltado picarle más, pero hemos prefereido que fuera así para que la gente vibrara'. La gente vibró y... Encabo falló con la espada. 'Se me ha enganchado', se disculpa.
Mientras, el calor apretaba y 'la tradicional corrida de Beneficencia' pasaba. Y pasó.
Cambio de presidente
El presidente designado para la corrida, Manuel Muñoz Infante, fue sustituido a última hora por Juan Lamarca. La Delegación de Gobierno, a pesar de que el reconocimiento de los toros fue completado por Muñoz Infante, no ofreció ninguna razón del cambio.
Babelia
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