Una 'pizza' deja a Freire fuera del Tour

A Óscar Freire ya no le dolía apenas la espalda. O no tanto como para no permitirle llevar una vida de ciclista sano. Entrenarse, competir, descansar, viajar, comer... Y ganar. Algo que ya echaba de menos.

Después de siete meses machacado por una insidiosa lumbociática, visitas a médicos de media Europa, tratamientos de todo tipo, un laberinto sin fin, el ciclista cántabro había vuelto a competir la última semana de mayo en la Vuelta a Alemania. Como es habitual en él, aunque se había entrenado la cuarta parte que sus rivales, al cuarto día ganó una etapa. Volvía a ser el Freire simpático y sonriente. 'Es que estoy muy entrenado en eso', bromeaba; 'como llevo toda mi vida profesional muy marcado por las lesiones, estoy muy entrenado en ganar sin entrenarme'.

Bien le vendrá esa práctica una vez más. A Freire ya no le duele la espalda, pero, como si una maldición no le permitiera gozar de la normalidad, el campeón del mundo de 1999 vuelve a estar hospitalizado. Ahora la culpa es de un virus. O de una pizza con huevo que no estaba tan buena como parecía. Una gastroenteritis vírica que se le declaró el viernes por la noche, fiebre y vómitos, confusión mental, pocas horas después de volver de Milán, del centro médico del Mapei, en el que se había sometido a una prueba de esfuerzo y dejado a todos con la boca abierta por su capacidad. También había hablado con Aldo Sassi, el superintendente del superequipo italiano, del calendario, de su deseo de correr la Vuelta a Suiza, que empieza el martes, como preparación para el Tour. Y Giorgio Squinzi, el patrón, le dijo que sería el símbolo de la renovación del ciclismo. Después, Freire se fue al aeropuerto y se comió una pizza. Por la noche creía morirse: 40 grados de fiebre. Desecharon que fuera una salmonella. Hoy esperan darle el alta.

Del hospital saldrá un ciclista vacío y sin fuerzas. Imposible recuperarle para el Tour. Así, podrá seguir alimentando su leyenda. Continuar, como hasta ahora, contando de memoria sus días de competición profesional: 56 días en 1998, 26 en 1999, 55 en 2000 y siete en 2001. Una media de 36 por año. Y para seguir aumentando su espectacular ratio: 13 victorias en 144 días de competición, un triunfo cada 11. Ni Merckx en sus mejores tiempos.

Freire no volverá a correr probablemente hasta finales de julio, lo que le vendrá bien para arreglar sus problemas de espalda adelantando el tratamiento previsto para después del Tour. El martes se pondrá en marcha con su músculo cuadrado lateral. Es una técnica novedosa llamada hipertermia, ondas de calor que aumentan la vascularización de los tejidos profundos, lo que irá muy bien para su bursitis. La gente que mejor lo hace en España es el equipo de Toni Tramullas, de la sección de baloncesto de Barcelona. Con ellos estará a partir de la semana que viene.