En la cuerda floja

La inflación española ha cumplido los peores pronósticos al llegar al 4,2% en el pasado mes de mayo. Los inversores, avisados desde hace días, prefirieron mirar hacia otro lado y la sesión discurrió en términos técnicos. El Ibex 35 se mueve en una banda entre los 9.400 y los 9.800 puntos y se da por supuesto que a lo largo de este mes se hará lo indecible por evitar la aproximación al soporte -la parte baja de la banda- mientras que se aprovechará todo lo que haya a mano para tentar la suerte con la resistencia -el nivel superior-, aunque hay pocas esperanzas de llegar a esa zona. Ayer se contó con la ayuda del mercado estadounidense que, tras una apertura indecisa, optó por sacar ventaja de la incertidumbre. La Bolsa de Nueva York ganaba 51 puntos en el momento del cierre de los mercados europeos y eso facilitó las cosas. Madrid cerró con una subida del 0,74% y el Ibex 35 ganaba el 0,83%. Las declaraciones del subsecretario del Tesoro de Estados Unidos sobre un crecimiento de la economía estadounidense en este trimestre 'ligeramente inferior' al del primero, apenas tuvieron eco entre unos inversores que tampoco quisieron pronunciarse sobre el dilema que vive el BCE, según su economista jefe. La combinación actual de elementos muestra que el crecimiento se ralentiza y la inflación se acelera, lo cual es un gran problema para perfilar la política monetaria, al tiempo que cuestiona la última bajada de tipos que se justificó por las menores presiones inflacionistas. La contratación en el Mercado Continuo fue de 247.040 millones de pesetas, 1.484,74 millones de euros, que no está mal, dadas las circunstancias.