El BSCH abordará este año la unificación de las marcas del Santander y BCH

Los presidentes del BSCH, José María Amusátegui y Emilio Botín, quieren llegar a la junta de accionistas del próximo año con una red integrada. Lo que no está totalmente definido es si en esa junta, en la que se rendirán las cuentas del presente ejercicio, las 2.010 oficinas de Banesto se fusionarán con las del Santander y las del BCH, que sí estarán bajo una misma marca. En la actualidad, el grupo cuenta con 5.518 sucursales en toda España.

La decisión de integrar la red de oficinas es uno de los caballos de batalla que más ha atormentado a la entidad financiera durante los últimos meses. Para los primeros pasos del banco, tras su fusión en enero de 1999, se consideró que la multimarca daría más beneficios que una sola desde el principio, dejando la integración para después de la citada junta de 2002. Sin embargo, la presión que recibe del mercado y de los clientes y el propio convencimiento interno en el banco ha recomendado adelantar la fecha.

Una de las razones fundamentales son los ahorros de costes -obsesión subrayada por Botín en la pasada junta- que supone tener una sola marca. Si se unieran las oficinas del Santander y las de BCH, la disminución de costes estimada es entre 30.000 y 40.000 millones de pesetas. Si, además, se incorporara Banesto, el ahorro ascendería a 80.000 y 100.000 millones. La duplicidad, al contrario, 'supone sobrecostes y freno a la expansión, perjudica internamente por la guerra entre marcas y penaliza el valor en Bolsa', según sostienen fuentes cercanas a la entidad.

Precisamente, la incorporación de Banesto es un punto primordial para zanjar la integración de redes. Las fuentes consultadas han reconocido que podría darse un primer paso sin Banesto y que esta marca se integrara más tarde. Incluso, se baraja la posibilidad de que se mantenga independiente, dada su sólida implantación comercial.

Con este movimiento, el BSCH quiere cumplir tres objetivos. Por un lado, responder a una de las peticiones más repetidas de los analistas e inversores, que consideran que 'mientras no se unifiquen las redes, el banco no está fusionado'. Por otro lado, ahorrar costes de una manera significativa, lo que ayudará a cumplir -y quizá superar- el objetivo de eficiencia marcado para este ejercicio. Y, por último, la medida servirá para aliviar las tensiones que vive el BSCH. Desde hace meses existe una incentidumbre por la posible retira anticipada de Amusátegui, posibles cambios del organigrama y por las diferencias de criterio entre Emilio Botín y Ángel Corcóstegui.

La medida de unir las redes llega en 'un momento lógico', según un veterano analista. La multimarca sirvió para no parar el banco cuando se fusionó, mientras en la trastienda se iniciaba el costoso proceso de unificar informática, centrales de compras, marketing, servicios centrales, etc. Ahora BCH y Santander tienen estos servicios comunes, mientras Banesto continúa por su cuenta, con los sistemas más avanzados del grupo y, probablemente, de la banca española.

La necesidad de unificar oficinas y ahorrar costes, por otro lado, viene marcada por su competidor directo: el BBVA. El grupo BSCH tiene 1.600 oficinas más que el BBVA, pero la misma la cuota de mercado en créditos. Dentro del BSCH se comenta que 'al grupo le sobran casi 2.000 oficinas, lo que una vez suprimidas permitiría una cuenta de resultados más ligera'. Además, oficialmente la multimarca tenía sentido 'mientras no se perdiera cuota de mercado'. En el ejercicio pasado, el banco perdió un punto en cuota de mercado en créditos y sólo se creció 0,8 puntos en recursos de clientes. Las alarmas se empezaron a disparar.