España logra un pacto mínimo sobre el futuro de las ayudas de la UE

El debate sobre el futuro de las ayudas comunitarias a España después de 2006 ya no amenaza con enturbiar la cumbre comunitaria que se celebrará en la ciudad sueca de Gotemburgo el viernes y sábado de esta semana. Los ministros de Exteriores de los Quince reconocen que la ampliación 'tendrá consecuencias para todos los Estados miembros y para el funcionamiento y desarrollo de las políticas de la Comunidad', y toman nota 'de las preocupaciones expresadas' por varios países, especialmente por España.

A pesar de las exigencias planteadas por el Gobierno español, la declaración no incluye ninguna mención sobre el memorándum del presidente del Gobierno, José María Aznar. En el documento se señalaba que había que buscar fórmulas para 'minimizar o neutralizar' el llamado efecto estadístico, según el cual la entrada de países más pobres en la UE hará que las regiones españolas que ahora reciben fondos dejen de recibirlos al superar los baremos de riqueza estipulados. Sin desanimarse por la vaguedad de la declaración de los Quince, el ministro español de Exteriores, Josep Piqué, consideró 'satisfactoria' la declaración del Consejo.

En cuanto a la crisis abierta por el no de Irlanda a la ratificación del Tratado de Niza, que paraliza el proceso de reforma y ampliación de la UE, los 14 ministros de Exteriores comunicaron a su colega irlandés, Brian Cowen, que el texto no será negociado de nuevo. Los ministros dijeron que están dispuestos a encontrar 'una solución' pactada con Dublín para que los irlandeses puedan manifestarse de nuevo en otro referéndum. Pero insistieron por dos veces en las conclusiones de su reunión de ayer en Luxemburgo que 'excluyen cualquier renegociación del texto aprobado en Niza'. Cowen dio garantías a los otros 14 países de que su Gobierno desea conseguir la ratificación del tratado y de que pondrá todos los medios para la ampliación de la UE.