Las plazas de Madrid
Las plazas de las ciudades, como espacios públicos, son la expresión del urbanismo y, también de la cultura, que se pretenden para esas ciudades.
Las reformas que se están llevando a cabo en muchas plazas de Madrid, y sobre todo en aquéllas que tienen en el subsuelo aparcamientos para vehículos, reflejan el pobre concepto urbanístico, la incultura y la incompetencia de los técnicos municipales: en unos casos, de la Gerencia de Urbanismo, y, en otros, de las juntas municipales y de los concejales respectivos. A los desastrosos ejemplos de las plazas de Olavide, del Carmen y de Vázquez de Mella se suma ahora el de la plaza de Agustín Lara, en Lavapiés: toneladas de cemento y hormigón, tala de árboles, enlosado continuo y total de la superficie, elementos elevados que obstaculizan el uso normal de la misma y el paso de viandantes.
Todo ello porque los proyectos han sido planeados única y exclusivamente pensando en el aparcamiento y ejecutados y organizados sin contar con los vecinos ni atendiendo a sus necesidades. Lo mismo les da que las plazas sean grandes o pequeñas, redondas o cuadradas, regulares o irregulares, que se usen poco o mucho, más por niños/as que por mayores. Hecha una, hacen cien.
Por eso no se les cae la cara de vergüenza, ni cejan en seguir con sus propósitos. Olavide está a punto de reformarse otra vez. Los vecinos hemos demostrado que se puede hacer un jardín y una plaza útil y bella sobre un aparcamiento, pero el señor alcalde y el concejal-presidente de la Junta Municipal de Chamberí, señor Asúa, prefieren equivocarse otra vez y derrochar a su vez más de 100 millones de pesetas antes que escucharnos y contar con el arquitecto que ha realizado la propuesta vecinal para encomendárselo al técnico municipal de segundo nivel señor Sánchez de la Vega.
'Una ciudad es un conjunto de viviendas, de espacios y de recuerdos', dice el arquitecto urbanista Juan Antonio García Solera, y en Madrid se han hecho tantas cagadas que se ha perdido el concepto de ciudad.
'La ciudad es algo demasiado serio', ha dicho Carlos Castilla del Pino, 'como para dejarla en manos del concejal del momento, porque los errores y fracasos en las ciudades son imperecederos y se imponen a sus habitantes como una pesadilla interminable'. No se ofusquen y atiendan, por favor. Esta ciudad no les pertenece en exclusiva.
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